Basta ya de demagogia, sería bueno que el dinero del petróleo sea para beneficiar a todos los venezolanos y que sirva para que podamos reconquistar el nivel de vida que teníamos en la IV República
No somos y mucho menos pretendemos ser economistas, pero hoy analizaremos la que en la realidad debería ser un precio justo: tomaremos en cuenta una de las frases más mentirosa y demagógica del actual régimen lo constituye cuando afirma que se debe establecer “El precio justo”, si lo analizamos en la realidad lo debe dar la competencia de precios y ajustar las ganancias al volumen de venta de cada productor, fabricante o vendedor al detal de ese producto.
Un simple ejemplo sería el que tiene una quincalla o negocio pequeño, quien jamás podrá vender un producto por el mismo valor que lo hace una cadena de tiendas, un supermercado o una tienda especialista, porque ahí privan los costos de compran por volumen o por docenas o simplemente por la unidad que compra el ciudadano de a pie.
Debemos tener claro que los precios de los bienes y servicios, así como el de los factores productivos, deben ser fijados por el mercado, en forma irreflexiva, libremente de la voluntad de las personas, partiendo de códigos objetivas entre las cuáles son concluyentes las del mercado y su demanda, la eficiencia y la competencia.
Productores, consumidores, comerciantes, intermediarios, todos buscan maximizar su propia utilidad, y en consecuencia el mercado en que participan todos, le pone a cada uno los límites a su ambición y a sus posibilidades de beneficiarse de más altos o menores precios de aquello que venden y compran. El fabricante que quiera cobrar precios mayores que la competencia será castigado por los consumidores, será desplazado del mercado, o tendrá que aceptar espacios reducidos de mercado para su producción.
Para incrementar las oportunidades y las utilidades, será necesario aumentar la eficiencia y volverse competitivos. Así, el mercado habrá de ser el que determine el valor real en cada producto o activo económico. Tal es la idea que prevalece entre los economistas, y corresponde con importante aproximación a lo que ocurre en el mercado convencional.
Ejemplos podríamos citar muchos, uno de ellos: el consumidor o comprador de un bien o servicio podría determinar cuál de los valores asumiría al adquirir un determinado producto, teniendo en cuenta que un desodorante le costará más caro en la tienda o kiosco de la esquina de su casa que lo que en el supermercado, si realmente busca encontrar un balance equitativo precio y producto y no comodidad, sabrá dónde adquirirlo.
La demagogia consiste en que el actual régimen quiere hacernos ver que pelean por el bienestar de los venezolanos, cuando eso es una gran mentira, ya que lo que ha logrado es que los vendedores, fabricantes y productores se pongan de acuerdo y vendan el producto a un costo determinado y es posible que su estructura de costos sea errada. Un hecho que podemos comprobar todos los días cuando compramos, el queso, la leche, el pan, etc., ya que ellos saben que el consumidor no tendrá que buscar el producto en otro lugar ya que en todos le costará el mismo precio (Socialismo del Siglo XXI).
Basta ya de demagogia, sería bueno que el dinero del petróleo sea para beneficiar a todos los venezolanos y que sirva para que podamos reconquistar el nivel de vida que teníamos en la IV República, no esperen que los más necesitados salgan a la calle a reclamar la comida para sus hijos ya que eso sí sería justicia y revolución popular.
Salomón Benshimol R.
e-mail: sbenhimol@yahoo.com