*** Con la paz en la mira, 30 millones de electores eligen este domingo quién ocupará el Palacio de Nariño durante los próximos cuatro años, en lo que se anticipan como unos reñidos comicios
Lissy de Abreu/AFP
Cara a cara
OSCAR IVÁN ZULUAGA
Enarbola las banderas del expresidente Uribe y su movimiento Centro Democrático: la confianza inversionista, la cohesión social y la seguridad democrática.
El respaldo del exmandatario le ha costado a Zuluaga docenas de críticas, al punto de que le atribuyan ser un mero «títere» o un hombre sin voluntad para tomar decisiones propias. Los más osados aseguran que un eventual gobierno suyo se traduciría en otros cuatro años de jefatura uribista pero «en cuerpo ajeno».
El economista, de 55 años, encarna la oposición contra el actual proceso de paz con la guerrilla de las FARC. Ha dicho que el gobierno negocia con «sicarios» e insiste que, en los términos actuales, los diálogos dejarán en la «impunidad» los crímenes de los rebeldes. Propone, en cambio, una lucha armada sin tregua contra lo que denomina grupos terroristas.
Dice que la «paz se construye con seguridad, inclusión social y educación de calidad».
Zuluaga enfrentó un escándalo que lo vincula con un supuesto experto en informática, capturado y señalado por la Fiscalía de interceptar los correos electrónicos del presidente Santos.
JUAN MANUEL SANTOS
El actual presidente de la república busca su reelección enarbolando como bandera la firma de un acuerdo para la terminación del conflicto con las FARC. Las negociaciones con los rebeldes se adelantan, desde finales de 2012, en La Habana.
El economista, de 62 años, fue ministro de Defensa del polémico expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), de la mano de quien alcanzó la jefatura del país en 2010. Meses después las relaciones entre ambos se rompieron y, a la fecha, mantienen duros enfrentamientos, especialmente por el proceso de paz al cual Uribe se opone rotundamente.
Santos, quien también fue ministro de Hacienda, promulga que de alcanzarse un acuerdo con la guerrilla, el Producto Interno Bruto alcanzará al menos el 7,5%. Con esa tasa «en los próximos cuatro años vamos a crear 2,5 millones más de empleos», ha dicho.
La campaña del primer mandatario ha sido salpicada por escándalos de repartición de prebendas a legisladores oficialistas y presuntos fondos del narcotráfico recibidos por excolaboradores.
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Más de 30 millones de colombianos están convocados este domingo a las urnas para elegir entre la reelección del presidente Juan Manuel Santos o la asunción del derechista Óscar Iván Zuluaga, en una contienda que se presenta reñida y crucial para pacificar el país.
En una jornada que arrancará a las 08H00 locales con la apertura de las mesas de votación, los ciudadanos deberán decidir entre la oferta de paz de Santos -cuyo gobierno promueve conversaciones con las dos principales guerrillas del país- o la posición más dura de Zuluaga, que asegura que pondrá mayores condiciones a los rebeldes para sentarse a dialogar.
Así llegan
Zuluaga, apadrinado por el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), fue ganador de la primera vuelta del 25 de mayo con 29,3% de los votos frente al 25,7% de Santos, en unos comicios en los que la abstención -de casi 60%- también fue protagonista.
«El tema de la paz siguió siendo central en este tramo de la campaña, sobre todo tras el anuncio de Santos de las negociaciones con el ELN», explica a la AFP el politólogo Felipe Botero, recordando que esta semana el gobierno informó de conversaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), además de las negociaciones que avanza desde noviembre de 2012 en Cuba con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas).
Este foco en la paz sin embargo no parece haber definido con claridad a los votantes por lo que Botero, profesor de la Universidad de Los Andes, estima «un resultado muy incierto» y cerrado, aunque con una abstención menor a la de la primera vuelta en vista de que esta es «la elección definitiva» y se activarán además las maquinarias.
Empate técnico
Las últimas encuestas apuntaban a un empate técnico entre los contendientes, por lo que las alianzas que cada uno hizo con los candidatos que se quedaron en primera vuelta -Zuluaga con la conservadora Marta Lucía Ramírez y Santos con la izquierdista Clara López y el independiente Enrique Peñalosa- podrían también resultar clave.
El sufragio en Colombia no es obligatorio y los más de 32 millones de colombianos habilitados para votar podrán hacerlo este domingo en uno de los 10.642 puestos de votación.
Otros 560.000 colombianos inscritos para votar en el exterior, ya han venido ejerciendo su derecho desde el pasado lunes en 1.890 mesas dispuestas en 64 países.
Sin embargo, en Colombia -cuya selección clasificó a la Copa del Mundo de fútbol Brasil-2014 tras 16 años de ausencia mundialista y ganó ayer a Grecia- el ambiente es más futbolístico que electoral y en vez de propaganda de los candidatos, en las calles se ven sobre todo globos y carteles alusivos al Mundial.
“Elecciones seguras»
Durante los comicios, garantizar la seguridad será responsabilidad de 246 mil militares y policías que trabajarán en un proceso electoral que las autoridades han calificado -desde la primera vuelta- como «el más seguro en la historia reciente de Colombia».
«Estas siguen siendo las elecciones más seguras de los últimos 20 años», dijo al respecto esta semana el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.
Las FARC, principal guerrilla del país con unos 8 mil combatientes, declararon un cese al fuego unilateral durante la segunda ronda de los comicios, tal como habían hecho en la primera vuelta.
El ELN no se plegó en esta ocasión a ese cese al fuego -como sí lo hizo en la primera vuelta-, pero se comprometió a respetar el desenvolvimiento de la jornada electoral.
Observadores ninternacionales
La Organización de Estados Americanos (OEA) vigilará estos comicios con una misión de 74 observadores, que estarán presentes en 24 de los 32 departamentos del país.
La Unasur, por su parte, contará con 37 veedores, 24 de los cuales estarán desplegados en Colombia mientras que los 13 restantes acompañarán las votaciones en el exterior