El capitán de la Albiceleste, considerado uno de los mejores futbolistas de la historia, emprende la marcha de su tercer Mundial, que si lo encuentra inspirado, puede culminar en el mismo lugar donde empezó: el Maracaná.
El hábil jugador de regate indescifrable, que ha jugado 86 partidos con la Albiceleste, necesita reivindicarse en Brasil de su escaso brillo en los anteriores Mundiales y nada mejor que plantar bandera en el corazón del ‘territorio enemigo’.
¿Picará ‘la Pulga’?
‘La Pulga’ tiene además una deuda con su palmarés goleador, ya que apenas suma un solo tanto en dos citas máximas, demasiado contraste con la impresionante cosecha que atesora en el FC Barcelona, donde ha roto un récord tras otro.
Si Messi despierta del letargo tras una temporada opaca, Argentina fortalecerá su envidiable poder de fuego con escuderos como Sergio Agüero, campeón de la liga inglesa con el Manchester City, Angel Di María, campeón de la Champions League con el Real Madrid, y Gonzalo Higuaín, que no jugará el primer partido por lesión en el debut del grupo F.
«Leo está muy bien y eso nos genera mucha ilusión. Se le ve con muchas ganas. Verle con ganas a él potencia al resto», resumió su compañero Augusto Fernández sobre la decisiva influencia del astro en el equipo albiceleste.
Francia, de su lado, se probará con Honduras en el arranque del grupo E con el doble reto de dejar definitivamente en el olvido el desastroso rendimiento de Sudáfrica-2010 (eliminación en la primera fase) y a la vez mostrar si superó el ‘síndrome Ribery’, dado de baja por lesión al filo del comienzo del Mundial.
Karim Benzema, campeón de la Champions con el Real Madrid este año, asoma como el guía de los franceses en su expedición por Brasil.
Dos heridos en el ‘grupo de la muerte’
El combinado ‘catracho’, anotado en el rubro de los equipos sin nada que perder, saldrá a jugar liberado de presiones y con el recuerdo muy fresco del batacazo de Costa Rica, la otra selección centroamericana, que venció el sábado con autoridad a Uruguay 3-1, en el grupo D, un resultado impensable y que deja herida a la Celeste en el ‘grupo de la muerte’.
«Yo no vi a nadie que dijera que Holanda era favorita contra España o Costa Rica contra nosotros. La verdad se ve en la cancha», dijo al concluir el encuentro el entrenador uruguayo, Oscar Tabárez.
La humillante derrota de España ante Holanda (5-1) y la sorpresiva caída de Uruguay con Costa Rica dio paso al interrogante sobre si es posible repetir una experiencia exitosa casi con los mismos planteles, cuatro años después.
España fue campeón en Sudáfrica-2010 en el apogeo de los intérpretes de su exquisito juego de circulación de balón, y Uruguay quedó cuarto en ese mismo torneo conducido por Diego Forlán, elegido el mejor jugador.
Pero Forlán hoy tiene 35 años y para colmo la actual estrella celeste, Luis Suárez, no se ha recuperado de una lesión, mientras que la Roja ya no exhibe la misma dinámica porque varios de sus principales intérpretes han comenzado a dar señales de un inevitable deterioro.
Uruguay no pudo sin Suárez; Francia sin Ribery debe demostrar si está a la altura, pero a Colombia no le afectó nada la baja de su estrella Radamel Falcao García, que estaba sentado en las gradas del Mineirao de Belo Horizonte observando el contundente triunfo cafetero ante la dura Grecia por 3-0.
Además de Uruguay, Inglaterra es otro de los heridos del grupo D, el de la muerte, tras caer ante Italia 2-1 en un clásico de excampeones mundiales.
Con mucha solvencia y equilibrio en sus líneas, Italia ratificó sus credenciales de aspirante al título y pasó un duro examen que la deja en muy buena posición para sacar un temprano boleto a los octavos de final.
La derrota para Inglaterra significa jugarse la vida contra el también perdedor Uruguay, el próximo jueves en la Arena Corinthians, por la segunda fecha de la llave, un partido que dejará herido de muerte al que caiga en suelo paulista.
Costa Rica e Italia se medirán el viernes próximo en Recife en un duelo de ganadores que puede perfilar a uno de los clasificados en caso de triunfo o si hay empate, mantener a ambos en plena carrera hacia octavos de final.
AFP
El capitán de la Albiceleste, considerado uno de los mejores futbolistas de la historia, emprende la marcha de su tercer Mundial, que si lo encuentra inspirado, puede culminar en el mismo lugar donde empezó: el Maracaná.
El hábil jugador de regate indescifrable, que ha jugado 86 partidos con la Albiceleste, necesita reivindicarse en Brasil de su escaso brillo en los anteriores Mundiales y nada mejor que plantar bandera en el corazón del ‘territorio enemigo’.
¿Picará ‘la Pulga’?
‘La Pulga’ tiene además una deuda con su palmarés goleador, ya que apenas suma un solo tanto en dos citas máximas, demasiado contraste con la impresionante cosecha que atesora en el FC Barcelona, donde ha roto un récord tras otro.
Si Messi despierta del letargo tras una temporada opaca, Argentina fortalecerá su envidiable poder de fuego con escuderos como Sergio Agüero, campeón de la liga inglesa con el Manchester City, Angel Di María, campeón de la Champions League con el Real Madrid, y Gonzalo Higuaín, que no jugará el primer partido por lesión en el debut del grupo F.
«Leo está muy bien y eso nos genera mucha ilusión. Se le ve con muchas ganas. Verle con ganas a él potencia al resto», resumió su compañero Augusto Fernández sobre la decisiva influencia del astro en el equipo albiceleste.
Francia, de su lado, se probará con Honduras en el arranque del grupo E con el doble reto de dejar definitivamente en el olvido el desastroso rendimiento de Sudáfrica-2010 (eliminación en la primera fase) y a la vez mostrar si superó el ‘síndrome Ribery’, dado de baja por lesión al filo del comienzo del Mundial.
Karim Benzema, campeón de la Champions con el Real Madrid este año, asoma como el guía de los franceses en su expedición por Brasil.
Dos heridos en el ‘grupo de la muerte’
El combinado ‘catracho’, anotado en el rubro de los equipos sin nada que perder, saldrá a jugar liberado de presiones y con el recuerdo muy fresco del batacazo de Costa Rica, la otra selección centroamericana, que venció el sábado con autoridad a Uruguay 3-1, en el grupo D, un resultado impensable y que deja herida a la Celeste en el ‘grupo de la muerte’.
«Yo no vi a nadie que dijera que Holanda era favorita contra España o Costa Rica contra nosotros. La verdad se ve en la cancha», dijo al concluir el encuentro el entrenador uruguayo, Oscar Tabárez.
La humillante derrota de España ante Holanda (5-1) y la sorpresiva caída de Uruguay con Costa Rica dio paso al interrogante sobre si es posible repetir una experiencia exitosa casi con los mismos planteles, cuatro años después.
España fue campeón en Sudáfrica-2010 en el apogeo de los intérpretes de su exquisito juego de circulación de balón, y Uruguay quedó cuarto en ese mismo torneo conducido por Diego Forlán, elegido el mejor jugador.
Pero Forlán hoy tiene 35 años y para colmo la actual estrella celeste, Luis Suárez, no se ha recuperado de una lesión, mientras que la Roja ya no exhibe la misma dinámica porque varios de sus principales intérpretes han comenzado a dar señales de un inevitable deterioro.
Uruguay no pudo sin Suárez; Francia sin Ribery debe demostrar si está a la altura, pero a Colombia no le afectó nada la baja de su estrella Radamel Falcao García, que estaba sentado en las gradas del Mineirao de Belo Horizonte observando el contundente triunfo cafetero ante la dura Grecia por 3-0.
Además de Uruguay, Inglaterra es otro de los heridos del grupo D, el de la muerte, tras caer ante Italia 2-1 en un clásico de excampeones mundiales.
Con mucha solvencia y equilibrio en sus líneas, Italia ratificó sus credenciales de aspirante al título y pasó un duro examen que la deja en muy buena posición para sacar un temprano boleto a los octavos de final.
La derrota para Inglaterra significa jugarse la vida contra el también perdedor Uruguay, el próximo jueves en la Arena Corinthians, por la segunda fecha de la llave, un partido que dejará herido de muerte al que caiga en suelo paulista.
Costa Rica e Italia se medirán el viernes próximo en Recife en un duelo de ganadores que puede perfilar a uno de los clasificados en caso de triunfo o si hay empate, mantener a ambos en plena carrera hacia octavos de final.
AFP