A veces se olvida que lo primero que orientó a Chávez políticamente fue la idea de que solo mediante el golpe de Estado era posible llegar al poder para aplicar su proyecto revolucionario
Hugo Chávez gobernó el país de un modo autoritario. No fue casual ni fortuito, sino una manera intencional y consciente de ejercer el poder. Aparte de una evidente vocación militarista y dictatorial, que nunca disimuló, dominaba en su persona el criterio de que solo así era posible garantizar la práctica revolucionaria que alentaba su espíritu. A veces se olvida que lo primero que orientó a Chávez políticamente fue la idea de que solo mediante el golpe de Estado era posible llegar al poder para aplicar su proyecto revolucionario. Aun después de fracasada su intentona de febrero de 1982 sostenía ese punto de vista. Y fue solo a partir de entonces que personas influyentes se le acercaron y lograron convencerlo de que la vía electoral era más fácil y segura.
A lo dicho se agrega que Chávez tenía claro que, aun cuando propiciase una reforma constitucional a fondo y un ejercicio democrático del poder, una vez en este no habría limitaciones constitucionales ni legales para gobernar a su manera, aun violando descaradamente las normas que él mismo habría propiciado.
El gran error de Chávez fue confiar en su juventud y en su condición saludable, y que por ello no habría que prever, al menos por mucho tiempo, una eventual necesidad de reemplazarlo en el poder. Ello lo llevó a no preocuparse por la formación de una generación de relevo. De hecho, Chávez gobernó siempre solo, y, por supuesto, en forma dictatorial, aun cuando en su caso habría que hablar de una dictadura novedosa, de nuevo estilo.
Cuando Chávez se topó con la realidad y comprendió la necesidad de proveer su sucesión en el mando se encontró en un grave problema. ¿A quién escoger? Nunca se sabrá por qué eligió a Nicolás Maduro, posiblemente de quien menos se esperaba que pudiera serlo.
Igual que Chávez, Maduro también ha tenido que gobernar solo. No porque él así lo hubiese determinado, sino porque junto con el poder heredó de su antecesor una total carencia de gente de relevo, capaces para asumir funciones de gobierno.
Sin embargo, hay una importante diferencia. Chávez gobernó solo, en el estricto sentido de la palabra. Él disponía a su leal saber y entender, y nadie era capaz o se atrevía a hacer nada por su cuenta, no importa la jerarquía de su posición. En cambio, a Maduro nadie lo respeta, ni lo admira, ni le teme, y cualquiera de sus funcionarios hace lo que quiere, por su cuenta y riesgo, incluso en asuntos que son de la única competencia del presidente. De modo que a menudo la gente se pregunta: ¿Quién gobierna en Venezuela?
Alexis Márquez Rodríguez