Debemos conversar, discutir, aportar, arraigar en nuestros hijos y nietos los principios morales, éticos, religiosos para que sean tolerantes, respetuosos, honestos y dignos evitando de esa manera que adopten los antivalores que socavan nuestra sociedad
Una sociedad donde los antivalores se afianzan, donde se castiga el esfuerzo, la honestidad y se reivindica la injusticia, es una sociedad enferma. Es imperativo rescatar nuestros valores, debemos inculcar a niños y jóvenes los más nobles principios de la vida que enaltecen al ser humano, como lo son: el respeto, la solidaridad, el amor al estudio y al trabajo, la honradez, la honestidad, la tolerancia. Tenemos en contra: la violencia física y verbal, el atropello diario a nuestros derechos, que nos lleva a experimentar una sensación de desaliento, que debemos rechazar porque no todo está perdido, debemos seguir adelante, trabajando sin tregua por el restablecimiento de los valores fundamentales. ¡Ese es el reto!
El resquebrajamiento de los valores genera violencia, rabia, impotencia, en los hogares, en el trabajo, en los colegios, cuyo resultado es más violencia y corrupción. Padres, representantes, maestros, profesores, todos debemos esforzarnos por enseñar, predicar con el ejemplo, orientar a las nuevas generaciones de niños y jóvenes porque ellos son el futuro de nuestro país. Debemos conversar, discutir, aportar, arraigar en nuestros hijos y nietos los principios morales, éticos, religiosos para que sean tolerantes, respetuosos, honestos y dignos evitando de esa manera que adopten los antivalores que socavan nuestra sociedad. Para lograr el cometido debemos hacer una introspección que nos lleve a reconocer si nosotros mismos estamos practicando esos valores, si son parte de nuestra vida, porque lo peor que podemos hacer es divorciar las palabras de los hechos.
No desmayemos en la recuperación y afianzamiento de los valores, unámonos en una suerte de cruzada para lograrlo. Trabajemos en nuestros hogares, en condominios, en las asociaciones gremiales, en los movimientos sociales, en el trabajo, sumando voluntades para no flaquear en el intento. Esfuerzo individual y colectivo es lo que requerimos para sanar a nuestra sociedad. El país que hoy tenemos no es el que la mayoría aspira y para poder impulsar las transformaciones debemos comenzar por lo que parece más pequeño: el seno de nuestra familia, para ir consolidando una sociedad donde la justicia, la tolerancia y la verdad prevalezcan. Una sociedad donde dejemos el egoísmo para darle paso a la solidaridad, a lo colectivo. No podemos dar chance a que la desesperanza consuma nuestras energías, todo lo que hagamos para construir esa sociedad de nuestros sueños tiene sentido y bien vale hacer el sacrificio. El rescate de nuestros valores es un reto que debemos afrontar y construir ¡sin perder la fe!
*Coordinador Nacional de “Gente” Generación Independiente
Noel Álvarez *
Twitter: @alvareznv