«En Venezuela ya no es extraño que algunos personajes que han ejercido importantes responsabilidades en los altos mandos políticos y económicos de la Revolución Bolivariana, al término de su función, abran fuego contra el proceso», dijo el burgomaestre de Guarenas
«En la confrontación por sostener el poder político, lo cual no es una lucha de ángeles asexuados, la lealtad es un valor irrenunciable que hace que los hombres y mujeres de Estado, se lleven a la tumba asuntos claves, situaciones en las cuales estuvieron involucrados y hasta secretos, que jamás debieron revelar»
Lo anterior pertenece a la posición fijada por el alcalde del municipio Plaza, Rodolfo Sanz en un extenso artículo publicado en el sitio web de la Alcaldía de Plaza, en respuesta a la posición asumida a través de una extensa carta suscrita por el exministro de Planificación, Jorge Giordani.
Sanz, a manera de reflexión, refiere en el mencionado artículo: «La actitud de un verdadero revolucionario no debe depender de sus vaivenes en la función pública, así como tampoco debe asociarse a las frustraciones personales».
Igualmente hace una amplia cita de León Trotsky, parte de la cual referimos en esta nota: “…!Cuántas veces desde mí expulsión he tenido que oír a los periódicos hablar y discurrir acerca de mi tragedia personal!. Aquí no hay tragedia personal de ninguna especie. Hay sencillamente un cambio de etapa en la revolución. Un periódico norteamericano publicó un artículo mío acompañado de la ingeniosa observación de que el autor, a pesar de todos los reveses sufridos no había perdido, como el artículo demostraba, el equilibrio de la razón. No puede uno menos que reírse ante esa pobre gente (…)”
El alcalde bolivariano criticó que altos mandos políticos y económicos de la Revolución Bolivariana, al término de su función, abran fuego contra el proceso, utilizando a veces medias verdades, pasando de contrabando posiciones que nunca tuvieron realmente frente a determinados temas y hasta destilando mentiras para justificar una supuesta responsabilidad frente a la historia (…)».
Confuso documento
En otro aparte del mencionado artículo Sanz indica abiertamente: «(…) La crítica anterior aplica perfectamente a Jorge Giordani, quien después de ocupar cargos de Ministro en este proceso al lado del Comandante Eterno Hugo Chávez, y al ser removido del Ministerio de Planificación por el Presidente Nicolás Maduro, presenta a la luz pública un confuso documento con el cual pretende salvar su responsabilidad en determinados asuntos de la política económica actual, del modelo económico en construcción y del curso del proceso de transformación revolucionario.
En este mismo análisis el alcalde de Plaza hace diversas reflexiones en torno a lo que describe como el papel que el exministro Giordani ha jugado en este proceso en más de una década.
Dentro de su análisis de lo manifestado por Giordani, el alcalde Sanz expresa: «Muchos saben de las posiciones de Jorge Giordani oponiéndose a una política expansiva del gasto público para atender las necesidades sociales de la población desde las misiones. Lo que hoy presenta como un resultado de sus aportes, ayer lo negaba duramente, cuando se resistía a otorgar el financiamiento para aumentar la cobertura de pensionados y jubilados».
Maduro ha reconocido…
Rodolfo Sanz, alcalde del municipio Plaza, al responder al documento del exministro Jorge Giordani, afirma que «(…) Con profunda honestidad y la sencillez de un hombre del pueblo, Nicolás Maduro ha reconocido que él no es Chávez, por cierto, cualidad de humildad que vio Chávez en él (y no precisamente en Jorge Giordani) para tomar la decisión de convertirlo en el depositario de su legado. Y en cuanto a la comprensión del hecho económico, debo decir que Nicolás jamás ha hecho alarde de ser un científico de la economía, como tampoco lo son muchos de quienes viven alardeando de eso y sus fantasiosas contribuciones a la creación del modelo económico socialista requerido no han producido los resultados anunciados. Ahora, el conocimiento está ahí, al alcance de todos, y no es propiedad exclusiva de algunos que se asumen como eruditos y en la mayoría de los casos de las grandes revoluciones la formación de los líderes que terminan conduciéndola se ha fraguado en la lucha de calle, en los combates en las montañas y no en los claustros universitarios».