La gente en general, o quizás sólo los venezolanos, parece que se creen con mucha facilidad las sandeces que se dicen, sobre todo en el campo de la política y mucho más en épocas electorales
Me quedé esperando la invasión de los “marines”, como consecuencia de las “declaraciones” de Obama de reconocer a Capriles como Presidente de Venezuela. Quizás el Presidente estadounidense llegó tarde a dar su declaración, que supuestamente era a las 8 pm, y decidió no darla. A lo mejor estaba esperando la renuncia del rector de oposición del CNE, la cual tampoco se produjo a las 6 pm, como los “entendidos” habían vaticinado. Mientras la Casa Blanca titubeaba ante la incertidumbre del “qué hacer”, Capriles se olvidó que tenía que desconocer los resultados y termina reconociéndose perdedor. Alguien olvidó gritar fraude durante la tarde del 7 de octubre, y quizás este sujeto fue el causante de la total normalidad del proceso, como ha sido desde que tengo memoria.
Al día siguiente, unos amanecidos, posiblemente en medio de una resaca luego de toda una noche de despecho, aparecieron en la Plaza Altamira protestando contra el fraude, pero curiosamente no era Gobovisión quien reseñaba la protesta y la avivaba y exageraba, como acostumbra a hacer con otros eventos antigubernamentales, sino VTV quien trataba de magnificarla y darle alguna importancia sin mayor éxito. Imagino que algo había que hacer para no quedar tan mal en cuanto a vaticinios tenebrosos.
Los resultados salvaron a la Fuerza Armada de la desintegración decretada por Capriles, quien pierde las elecciones ante estas denuncias y las de su neoliberalismo salvaje, descubierto pues “tontamente” escribió un programa para que De Lima lo encontrara y denunciara.
La gente en general, o quizás sólo los venezolanos, parece que se creen con mucha facilidad las sandeces que se dicen, sobre todo en el campo de la política y mucho más en épocas electorales. Ocurrió con la oposición en la época de la rabia colectiva y del odio, ante el avance de Chávez en sus primeros años de gobierno. Inventaban cualquier cosa y luego se creían sus propias mentiras y les aumentaba el encono. Éste llegó a tal magnitud que dejaron de participar en unas elecciones legislativas para “ilegitimar” al gobierno, quien entonces pudo disfrutar de cinco años sin oposición en la Asamblea Nacional. La enfermedad como que es contagiosa y ha enfermado a buena parte de los seguidores del Presidente, quienes hoy inventan sus cuentos, los difunden a través de los órganos de comunicación que poseen y terminan por creérselos.
Regresando a lo más importante: Chávez ganó y ganó en todos los estados menos en Mérida y Táchira, la reducción de la abstención lo ayudó en forma importante, necesitó de sus aliados para triunfar (1 millón 800 mil votos), su fuerza electoral creció sólo 10% mientras la de la oposición 50%. Tiene por delante las elecciones de gobernadores, en las que ya patearon a los aliados del Polo Patriótico e hicieron caso omiso de las resistencias existentes dentro del mismo PSUV. Esta historia recién comienza…
Luis Fuenmayor Toro