Hemos estado viviendo hoy en nuestro país, una revolución permanente para imponer el socialismo marxista y una desbocada oposición beligerante pidiendo la renuncia del Presidente Maduro, incurriéndose ambas partes en excesos
Cesáreo José Espinal Vásquez
cjev@cantv.net
El respetable historiador don Pedro Grases, en su obra “Valentín Espinal, 1803-1866 y Estudios Bibliográficos, a quien tuve el honor de visitarlo en su residencia, me hablo de la admiración a su biografiado por su amor a la patria y su espíritu conciliador. Don Pablo Espinal Rodríguez, ultimo descendiente mas cercano a don Valentín Espinal, deseaba conocer a un pariente y en 1985 tuve también el honor de visitarlo en la ciudad de Valencia, refiriéndome pasajes de ese ilustre venezolano y entregándome varios facsímiles de la imprenta de su abuelo.
En muy oportuno recordar la vida de don Valentín Espinal, el gran conciliador en la tumultuosa época en que vivió y padeció la Republica y quien fue victima durante veintitrés meses, siendo Presidente de la Republica Pedro Gual, de vil exilio desde el 3 de agosto de 1861 hasta el 1º. de julio de 1863, ordenado por el Ministro Ángel Quintero, quien sostuvo que Espinal era enemigo del gobierno por tratar de conciliar a los federalistas con lo conservadores, la oposición y el gobierno. Siendo realmente su intención evitar el doloroso derramamiento de sangre sin sentido de la guerra federal. En ese periplo escribió “Diario de un Destarado”, donde narra con gran patriotismo las peripecias y angustias de su persona y de Venezuela.
Valentín Espinal, vivió con horror el asesinato al Congreso por los Monagas el 24 de enero de 1848 y el 30 de abril de 1855 “pronuncia su famoso brindis en pro de una amplia amnistía, en pleno régimen de Monagas, con ideas que levantaron viva polémica”, como asienta Don Pedro Grases. Espinal, digo: “mis constantes y bien conocidas ideas y sentimientos, son inalterablemente pronunciadas por la paz, único y seguro consuelo de nuestra afligida patria”. Conciliar para la Paz.
Hemos estado viviendo hoy en nuestro país, una revolución permanente para imponer el socialismo marxista y una desbocada oposición beligerante pidiendo la renuncia del Presidente Maduro, incurriéndose ambas partes en excesos, provocando dolor y lágrimas, que no deben continuar. El dialogo es una vía por no el fin. Magnicidio, desestabilización, presos de conciencia, persecuciones e imputaciones esta abonando el cultivo al odio. El gobierno debe entender que es inaplicable en Venezuela el marxismo y la oposición no debe optimizar las divergencias con guarimbas, sino presentándole al pueblo, a la gente en general, propuestas y programas sobre el marxismo y el capitalismo neo-liberal y salvaje, pacíficamente, en asambleas de vecinos mirando las próximas elecciones en el 2015 para la Asamblea Nacional y en el 2016, en la revocatoria del mandato. El Presidente Maduro, debe pensar y actuar en el ideal social, que es la paz. La oposición, pensar en lo mismo, la paz del ideal social. Evitemos mediante la justicia transicional, derramamientos de sangre y cultivos de odios, para que en mutua concordia, en pro de una sociedad justa, no vivir lo que sufrió el insigne conciliador, Don Valentín Espinal, al escribir como alerta para las generaciones de la patria presente y futuras “Diario de un Desterrado”.