Es increíble que el actual régimen no se dé cuenta de las grandes necesidades que está sufriendo el pueblo venezolano, y lo más grave es que el presidente proclamado por el CNE no sepa leer lo que sus mismos partidarios le dicen: ¿será que se ha vuelto ciego y sordo? Lo que sí sabemos es que no es mudo y que cada vez que habla o pone la torta o no sabe lo que dice, recordemos que “no hay peor cuña que la del propio palo” y que “el peor enemigo del hombre es la lengua”.
Es increíble ver cómo se habla de una bonaza en el país, es que no se dan cuenta que las mismas panaderías se burlan del precio justo, ya que solo venden uno o dos panes (de los que puede comprar el pueblo) por persona, pero sí venden todas exquisiteces, tales como: tortas, dulces, cachitos, pizzas y pare usted de contar a unos precios exorbitantes. Lo grave es que los panaderos se quejan de que no hay harina para elaborar el pan del pueblo, pero el colmo es que sí la hay para confeccionar esos productos suntuarios. Uno de esos ejemplos podría ser el de la panadería del Cafetal, ubicada en el Centro Comercial del Cafetal, muy cerca de la bomba en la avenida Raúl Leoni, y lo peor es como se burlan de las autoridades. La cito ya que es una de las panaderías caraqueñas de la cual hemos recibido más quejas y que podría ser de fácil comprobación para las autoridades competentes.
Al comprar un kilo de queso nos encontraremos que dicho producto se ha convertido en un artículo inalcanzable por su precio, hablamos, que dependiendo del tipo, llega a constar en los supermercado más de Bs. 150, pero que podría llegar hasta los cuatrocientos bolívares, mucho más caro que la carne de primera, la cual no es tan barata, ya que cuesta alrededor de Bs. 190, o un poquito más, pero nunca comparado con los valores del queso blanco y no hablemos del queso amarillo o de los quesos madurados que su precio alcanza un valor de 700 bolívares… y como son las cosas de este malvado régimen, hay un queso uruguayo que solo cuesta 80 bolívares el kilo, pero muy difícil de ubicar…
¿cómo es posible?
Al hablar de los rubros de la dieta básica no tendríamos suficiente espacio para reseñarlos en esta columna, pero sí tenemos que decir que una empanada podría costar entre 20 y 50 bolívares, una arepa entre 40 y 80 bolívares, un plato de sopa, de cualquier tipo, entre 80 y 200 o más bolívares. Es verdad que en algunas taguaras se puede comer un menú ejecutivo que podría valer 120 bolívares, dicho menú consiste en un poquito de sopa, una telita de carne, pollo o pescado acompañado por dos cucharadas de arroz, dos tajadas y un vaso de jugo con un exquisito sabor a agua.
Este régimen ha logrado que sus mismos partidarios comiencen a rechazarlo, recordemos que: “Amor con hambre no dura” y entre los muchísimos amigos chavistas que tenemos hemos comenzado a escuchar que: “Ya no aguantamos más”. Ellos piensan que el presidente proclamado por el CNE no era el más indicado para ocupar la presidencia de Venezuela, hablan de pasarle la factura en las próximas elecciones de diputados y llevar a la AN a hombres con talante intelectual que sean capaces, no de cuidar sus puestos, sino de permitir que el pueblo venezolano pueda volver a conseguir el nivel vida que tenía en la IV República y piensan poner en práctica lo que la Constitución venezolana señala para estos caso… ¡ojo pelao!
Salomón Benshimol R.
sbenshimol@yahoo.com