A medida que un endeble alto el fuego se acercaba a su fin en el este, miles de ucranianos hacían fila el jueves con sus vehículos repletos de pertenencias en la frontera para cruzar hacia Rusia y juraban que jamás regresarían a la región.
Muchos expresaron que su mayor temor era que algo sucediera a sus hijos y estaban desesperados por llevarlos a algún lugar seguro.
Un comandante en un puesto fronterizo que controlan los rebeldes al sureste de la ciudad de Lugansk dijo que 5.000 personas habían salido al anochecer, sumándose a un éxodo que, dijo, seguía sin cesar durante una frágil tregua que expira el viernes y la cual no puso fin al fuego de obuses ni de otras armas.
Rusia dijo que decenas de miles de ucranianos se han refugiado en su territorio desde hace dos meses y medio, cuando el gobierno ucraniano comenzó su guerra contra los separatistas en el este, una región industrial que tiene una gran población de rusos étnicos, muchos de los cuales tienen fuerte afinidad con Moscú.
AP