Colombia y Uruguay se citan el sábado en Maracaná en busca de unos cuartos de final del Mundial marcados tanto por la despedida anticipada del goleador celeste Luis Suárez, como por la presión que pueda tener el equipo cafetero, que nunca alcanzó esa instancia en una Copa del Mundo.
Maracaná acogerá un enfrentamiento condicionado por ambos motivos. Para Colombia, lanzada por los buenos resultados, el problema puede ser cómo gestionar la ansiedad. De Uruguay, la respuesta es incierta tras perder a su máxima estrella, sancionado con nueve partidos de suspensión por morder al italiano Giorgio Chiellini durante el último encuentro de la fase de grupos.
El conjunto colombiano ha tenido un recorrido impecable; tres partidos, tres victorias. Su técnico, el argentino José Pekerman, podría encadenar su noveno encuentro en un Campeonato del Mundo sin derrota alguna con la suma de su trabajo con Argentina, en Alemania 2006, y el recorrido realizado hasta ahora con Colombia.
Colombia tiene como objetivo superar la barrera de octavos, que afronta por segunda vez en su historia mundialista después de Italia 1990, cuando cayó ante Camerún en este tramo. Fue la única ocasión.
Ahora, con mejores sensaciones y una mayor experiencia en su plantel, acomete, veinticuatro años después, ese objetivo con la intención de hacer historia.
Pekerman tiene a su disposición a los veintitrés jugadores una vez recuperado el delantero Carlos Bacca, restablecido de la contractura en el cuádriceps que le ha mantenido alejado del grupo durante diez días.
El delantero del Sevilla es el único jugador de campo sin minuto alguno en el Mundial. Tampoco se ha estrenado el arquero Carlos Vargas. El resto cuenta ya con experiencia mundialista.