Winsor McCay ha sido el encargado de inspirar a Google en su enésima sospresa en la red. Una larga historia encadenada para rememorar el 107 aniversario de «Little Nemo in Slumberland» o «El Pequeño Nemo en el país de los sueños», en español.
Obra del estadounidense Winsor McCay, se publicó por primera vez en la edición dominical del New York Herald el 15 de octubre de 1905. El protagonista del cómic era un niño llamado Nemo («nadie», en latín), y cada página dominical de la serie correspondía a un sueño suyo.
El protagonista despertaba siempre en la última viñeta de la página, a veces entre llantos, cayendo de la cama, o debiendo ser atendido por sus padres. Los sueños de Nemo, sin embargo, tenían continuidad narrativa, lo que daba a la serie una estructura folletinesca muy adecuada para introducir numerosos personajes secundarios y mostrar un mundo de los sueños de una gran riqueza narrativa.
Cada una de las páginas de la serie creada por Winsor McCaycorresponde a un sueño Nemo —»nadie», en latín—, el pequeño protagonista de la historieta. Su estructura es bastante original, ya que en todas las páginas, en una viñeta situada en el ángulo inferior derecho, Nemo despierta, de tal manera que en la siguiente página retoma el sueño donde lo había dejado la noche anterior. Una estructura que permite introducir numerosos personajes secundarios y mostrar, con una gran riqueza narrativa, el maravilloso mundo de los sueños. ‘Little Nemo Slumberland’ otorga una importancia vital a lo onírico, por lo que se ha relacionado a su autor, Winsor McCay, con diversos movimientos culturales posteriores, como el surrealismo o la literatura del absurdo.
Además, ‘Little Nemo Slumberland’ fue uno de los primeros cómics que aprovechó el enorme potencial y magia del color. A través de él, Winsor McCay realiza una exploración exhaustiva de las posibilidades del medio, utilizando multitud de encuadres y jugando con el formato de la página de forma sorprendente. Su obra pone en escena arquitecturas fantásticas, elementos decorativos inspirados en el art nouveau, así como faunas y floras imaginarias en un interminable derroche de imaginación. El éxito de la tira ‘Little Nemo Slumberland’ hizo que incluso se realizasen adaptaciones teatrales en Broadway y un cortometraje de animación homónimo de la historia original de Winsor McCay. Sin embargo, y a diferencia de otros clásicos del cómic, ‘Little Nemo Slumberland’ no era distribuida por sindicatos a otras publicaciones, de modo que su popularidad se debió a la difusión que de ella hizo un solo periódico, centrado en el área de Nueva York.
Agencias