Los horizontes del Generalísimo Francisco de Miranda dejaron de ser infinitos, y ahora, la mirada del visitante se cruza con estructuras inapropiadas, vallas que anuncian obras, kioscos destinados a la venta de juguetes, parques infantiles incorporados a los laberintos de concreto, vendedores ambulantes, así como un marcado deterioro Pocos parques en el mundo tienen la calidad del Generalísimo Francisco de Miranda, pero a 52 años de inaugurado, hasta su carácter botánico está en riesgo. Para Diego Díaz Martín, presidente de Vitalis y jefe de Estudios Ambientales de la Universidad Metropolitana (UNIMET), “la flora superficial ha ido desapareciendo, otras especies vegetales están por incluir su ciclo vital y se desconoce si los árboles que han sembrado responden a la planificación original”. Estas afluencias no sólo han ocasionado el deterioro y desgaste vegetal, sino que para los visitantes y turistas, la imagen del parque ya no coincide con la realidad de ahora. “No es sólo un parque, es un patrimonio y en consecuencia debe ser entendido y tratado como tal, un patrimonio vivo del que se debe garantizar su conservación, entender la vegetación como uno de los componentes del bien patrimonial y no que, por el hecho de estar viva, es modificable”. Patrimonio en peligro Docomomo Venezuela, organización dedicada a la documentación y conservación de los edificios y complejos urbanos modernos, solicitó al World Monuments Fund incorporar el parque a su lista de patrimonios en peligro. Hannia Gómez, vicepresidenta de la fundación, explica que aspiran a que se respete el proyecto original de Burle Marx. «Queremos llamar la atención, forzar el diálogo, encauzar el rumbo y que se hagan las cosas bien. Lo que está pasando con el Parque del Este, es consecuencia de la construcción del Leander –la réplica de la embarcación de Francisco de Miranda-, que es tres veces más grande que la nao Santa María y se desvirtuó su esencia al tratar de convertirlo en un parque temático. Este parque fue hecho para una recreación pasiva, más tranquila e imaginativa». Dificultades se mantienen En la actualidad, muchas de las dificultades señaladas se mantienen y se han agudizado. Raquel Schaffernorth, miembro del Comité de Usuarios para el Rescate y Defensa del Parque del Este, respalda la solicitud de Docomomo. “El rescate de las colecciones botánicas es una prioridad, siempre ponemos como ejemplo el caso de Pdvsa La Estancia. Allí cuentan con 7 jardineros para atender 2 hectáreas, en cambio, en el Parque del Este hay sólo 3 jardineros para 77 hectáreas». Proyectos en marcha A Diego Díaz Martín le preocupa que el parque se esté desperdiciando. “Es lamentable que un espacio natural tan importante en el caso de la ciudad capitalina, esté rodeado de vendedores por todos lados. Hay que trabajar en un Plan para la Recuperación de Áreas específicas del parque Generalísimo Francisco de Miranda y una vez que esté lista será posible la reconstrucción del parque como nunca se ha hecho”. Es necesario reponer las especies Diego Díaz Martín dice que hay especies de plantas que no estaban en el plantario original y que, naturalmente, se han reproducido en el lugar. «La invasión densifica, oscurece y dificulta el mantenimiento. Si no se controla esa tendencia, la mitad del parque podría quedar inutilizable. Hay que reconocer que el personal del parque trabaja con las uñas porque el instituto no tiene presupuesto». 82 hectáreas para conservar Según opiniones de Martín, este paisaje ha funcionado durante más de cinco décadas, y sus pasillos, patio central y áreas al aire libre, sirven como punto de encuentro y espacio para crear una conciencia ambientalista en la población. El lugar conocido como Parque del Este, fue inaugurado en 1961 y rebautizado en 2006 como Parque Generalísimo Francisco de Miranda Shirley Zambrano