Hagamos patria, sin angustias, lágrimas y muertes
Cesáreo José Espinal Vásquez
e-mail: cjev@cantv.net
Desde que el mundo es mundo existen pobres y ricos. Son los extremos de clase social, íntimamente unidos al poder y a la esclavitud. Se ha dicho que si a una persona se le da a escoger entre poder y dinero, sin pensarlo, dirá “poder”. Desde las tribus bíblicas, imperios, monarquías, tiranías, partidocracia, poder económico y poder político han sido las causas de la desigualdad social entre “poderosos” y “marginados pobres de solemnidad”. Con el poder político unido a la autocracia se ha abusado de los sistemas y doctrinas tanto democráticas como socialistas en sus respectivos extremos. La democracia desmoralizada, capitalista, neo-liberal, corrupta y salvaje; y el socialismo, igualmente desmoralizado, con capitalismo de Estado, corrupto, marxista y tiránico, han confundidos descaradamente con facilidad hipnótica al pueblo, con el pueblo, para el pueblo y del poder del pueblo, dándosele limosnas como hermanos de los parias. Pueblo somos todos los ciudadanos ricos y pobres, por lo que esa trajinada frase de “pueblo”, debe ser sustituida por “Gente” que realmente conlleva la naturaleza humana en su concepto más amplio. En la lastimera historia política de la patria, se ha explotado al “pueblo” tanto en democracia como en “socialismo” ausentes de la comprensión humanitaria, porque es mejor dejar al pueblo “hambrientos” para mantener el poder político, con regalos y esperanzas, sin fuentes de trabajo ni propiedad alguna, haciéndosele honor a lo que llama Marx, el “lumpen”. Esto ni es democracia ni es socialismo, sino “socialyomismo” con máscara de democracia en fraude al pueblo. Se expropia sin considerar las consecuencias de la función social, razonable y ético, racionamiento de la cesta básica, de la electricidad, el agua, los servicios públicos, el afecto y el amor, la seguridad y la paz, creando “muertos vivientes”, sin estímulos, sin resiliencia, pero con patria a nombre del Estado, siendo que el Estado, somos todos, población, territorio e instituciones, pero en definitiva fomentando súbditos de la mayor esclavitud al subyugarse “el libre desenvolvimiento de la personalidad”. La gente desea convivir en paz en un Estado de Derecho Justo, de bien común, seguridad y justicia, sin odios, ni persecuciones, tener la luz del entendimiento para superarse en lo útil y honesto, en su capacidad intelectual y elevar la calidad de vida, que es realmente, hacer patria, pero para lograrlo, es imprescindible fuentes de trabajo en libertad, emprendedores y tener seguridad en lo suyo, no vivienda prestada, sino propia y pagarla en 20 años. Socialismo y democracia en libertad, ni marxista ni capitalismo salvaje. Ninguno de los Presidentes de la República de nuestro país, vinieron de clase social rica y acomodada, como no lo fue Hugo Chávez y hoy el Presidente Maduro, es loable. El único Presidente de cuna de oro, fue el Libertador Simón Bolívar. Todas las personas desean superarse en el buen sentido del ideal social, no ser pordioseros, malandros, petardistas y zánganos. ¿Quién quiere ser pobre?