Casi uno de cada 10 niños de Estados Unidos tratados con una cirugía para fusionar vértebras recibe inyecciones de proteínas de crecimiento óseo biodiseñadas, una aplicación que no cuenta con luz verde de las autoridades reguladoras. El llamado uso «no autorizado» de los tratamientos es legal, pero preocupa porque sus riesgos y sus beneficios se desconocen.
Aun así, un nuevo estudio demuestra que los productos ortopédicos suman más de 4.000 dólares en gastos hospitalarios para la cirugía.
«Es costosa y no sabemos si es efectiva ni cuáles son sus efectos en el largo plazo», dijo la doctora Emily Dodwell, cirujana del Hospital de Cirugías Especiales de esta ciudad.
Las proteínas de crecimiento óseo aceleran la formación de hueso. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos aprobó su uso limitado en pacientes adultos.
En el 2011, una revista médica determinó que la empresa Medtronic, de Minneapolis, había pagado millones de dólares a los médicos que no habían denunciado complicaciones graves con el uso del producto Infuse o proteínas óseas morfogenéticas 2 (BMP-2, por su nombre en inglés).
Esas complicaciones incluían un aumento del riesgo de desarrollar cáncer, esterilidad masculina, infecciones, disolución ósea o aumento del dolor de espalda o piernas, entre otras.
Se desconoce si los niños podrían padecer esos mismos efectos adversos, pero a Dodwell lo que más preocupa es cómo las BMP interactúan con el esqueleto en crecimiento.
Es más, no existen datos confiables sobre si el tratamiento ayuda a los más jóvenes, que son menos propensos que los adultos a tener problemas del proceso de curación después de una cirugía de columna, según publica el equipo en Journal of the American Medical Association.
En los 4.100 hospitales participantes del registro nacional que analizaron los autores, en el 9,2 por ciento de las más de 8.000 artrodesis vertebrales (fusiones vertebrales) en menores de 18 años se utilizaron BMP.
«La mayoría pensaría que es una gran cantidad», dijo Dodwell, aunque opinó que pueden existir aplicaciones pediátricas excepcionales de las BMP.
En los casos en los que se utilizaron las BMP, la cuenta del hospital alcanzó los 47.136 dólares en promedio, frente a 43.126 dólares sin el uso de esos productos.
No hubo diferencia en la cantidad de complicaciones durante la internación de ambos grupos, aunque el equipo de Dodwell advirtió que las complicaciones en el largo plazo son la principal preocupación. El equipo está analizando otro registro para determinar cómo evolucionan los niños después de salir del hospital.
El equipo halló que los médicos que más utilizaban las BMP eran los de la región central de Estados Unidos, donde están las sedes de Medtronic y Stryker, otro productor de BMP. Medtronic no estuvo disponible para comentar sobre esta nota.
Dodwell consideró que estos resultados «podrían estar asociados con las relaciones con la industria y el entrenamiento de los cirujanos».
Agencias