Un estudio, publicado en Science, ha combinado datos de teléfonos móviles de 15 millones de personas en Kenia con información detallada sobre la incidencia regional de la malaria, revelando cómo los desplazamientos humanos contribuyen a la propagación de la enfermedad.
Los hallazgos, realizados por investigadores de la Escuela de Harvard de Salud Pública y otras siete instituciones, indican que la malaria, en gran parte, se origina en el Lago Victoria, en Kenia, y se extiende hacia el este, sobre todo hacia la capital, Nairobi. «Esta es la primera vez que se utiliza una cantidad masiva de datos de teléfonos móviles -de millones de individuos en el curso de un año- junto con datos detallados de enfermedades infecciosas, para medir la movilidad humana y comprender cómo se propaga una enfermedad», señala la autora principal Caroline Buckee, profesora de Epidemiología en Harvard.
La malaria mata a cerca de 1 millón de personas cada año -de las que un 90% son niños menores de 5 años del África subsahariana- y amenaza a más de 3 millones a nivel mundial. Para estimar la posible propagación de la malaria es importante tener en cuenta no sólo la información sobre la ubicación de los mosquitos que transmiten el parásito, sino también el comportamiento de las personas que podrían estar infectadas. Dado que muchas personas infectadas no tienen síntomas, éstos pueden, sin proponérselo, portar el parásito durante sus viajes e infectar a cientos de personas.
Entre junio de 2008 y junio de 2009, los investigadores registraron cada llamada o mensaje de texto realizados por cada uno de los 14.816.521 usuarios de telefonía móvil de Kenia abonados a una de las 11.920 torres de telefonía móvil situadas en 692 asentamientos diferentes.
Agencias