*** Se trata del primer asesino en serie documentado de la historia de Francia. Fue muy temido porque tras acabar con la vida de sus víctimas, bebía su sangre
El perverso Martin Dumollard es el primer asesino en serie cuyo caso está documentado en la historia de Francia, pues su proceso aparece registrado en la National Police Gazette de 1862 y sus delitos son descritos en una compilación de eventos famosos criminales titulado “Causes célèbres de tous les peuples”, escrito por Armand Fouquier.
Ninguna prueba o declaración de los testigos recolectados durante el proceso de su caso ante la justicia, menciona que Martin Dumollard, además de violar y estrangular a sus víctimas, bebiera su sangre, pero forma parte de las leyendas relacionadas con el vampirismo y fue conocido como “El vampiro de Lyon”.
Las historias callejeras de la época aseguran que Dumollard sufría de vampirismo, una enfermedad mental caracterizada por la excitación sexual asociada con una necesidad compulsiva de ver, sentir o ingerir la sangre.
Se dice que, con el pretexto de encontrarles un buen trabajo como sirvientas, llevaba a mujeres muy jóvenes a través de los campos, hasta llegar a su casa, donde las robaba y las asesinaba. No se conocen el número exacto de víctimas, pero se encontraron al menos tres cuerpos en su vivienda, así como ropas de unas diez muchachas.
Nueve jovencitas lograron escapar con vida de su ataque y testificaron contra él en el juicio. Tampoco está claro el papel de su mujer, condenada a 20 años de trabajos forzados. Algunos historiadores consideran que participaba en los asesinatos con su marido, pero otros autores señalan que aceptaba, con la calma y el fatalismo de que puede ser capaz una campesina, el curioso entretenimiento de su marido de matar sirvientas.
De mendigo a homicida
Martin Dumollard nació el 22 de febrero de 1810 en Tramoyes, distrito de Trévoux, hacia el año 1810, hijo de Jean-Pierre Dumollard, húngaro y Josèphe Rey, francesa. Quedó huérfano de padre a los cuatro años, cuando éste fue ejecutado por la justicia austriaca en Padua, por un crimen cometido en Austria y de lo cual había intentado huir durante varios años, refugiándose con su familia en Francia e Italia.
La atormentada viuda del ajusticiado volvió a Francia con su hijo, teniendo que recurrir a las limosnas para poder alimentarse. De esta forma, la infancia de Martin Dumollard fue miserable, creciendo en las calles de diferentes localidades de Montluel, entre la delincuencia y la mendicidad.
Ya adulto, Martin Dumollard se casó con una joven campesina, Marianne Martinet y se estableció en Dagneux en la región de Lyon, en donde cometerá sus crímenes con la complicidad activa de su esposa durante casi 10 años.
El modus operandi de la pareja era bastante sencillo, pues él se aprovechaba de la ignorancia de pobres mujeres campesinas para hacerles una falsa oferta de trabajar como sirvientas. Cuando las muchachas llegaban a la casa donde supuestamente prestarían sus servicios, eran amordazadas y amarradas.
Se dice que, con la ayuda de su esposa, Dumollard sometía a las víctimas, las torturabas y las estrangulabas. Una vez muertas, bebía su sangre en su supuesto acto de vampirismo que saciaba los más bajos instintos de aquel macabro sujeto obsesionado con la muerte.
Sus oscuras y perversas aventuras se mantuvieron hasta abril de 1860, cuando una de sus víctimas, Marie Pichon, consiguió escapar de la casa y llegó con vida a la estación de policía. En la institución policial de Montluel explicó todo lo que había sucedido y los horrores que se vivían en casa de los Dumollard.
Asesino capturado
Gracias a la descripción realizada por Marie Pichon, Martin Dumollard fue detenido el 03 de junio de 1861 y se realizó un juicio en enero de 1862, que Dumollard enfrentó con gran frialdad y calma, negándolo todo hasta el final y tratando de inculpar de los asesinatos a dos presuntos cómplices, reconociendo únicamente su responsabilidad en la captación de las víctimas.
Durante el juicio, gracias a las declaraciones de testigos y a la confesión parcial de su esposa, quien lo acusó de amenazarla con un cuchillo para que participara en los crímenes, quedó al descubierto la forma en que atrapaba a sus víctimas, todas ellas mujeres jóvenes del campo que eran ubicadas en ferias y mercados de la zona.
Una vez que lograban ganar la confianza de sus víctimas, las estrangulaba con una cuerda y a continuación vendían las ropas en el mercado. Gracias al conjunto de declaraciones, fueron encontrados los cadáveres de algunas de las mujeres asesinadas en Lyon y al norte de Dagneux.
Después de declararlo culpable por asesinar a por lo menos seis jóvenes campesinas e intentar sin éxito igual crimen contra otras nueve mujeres, fue condenado a muerte y ejecutado en público en Montluel el 08 de marzo de 1862. Su esposa, Marianne Dumollard, fue sentenciada a 20 años de trabajos forzados en las galeras por complicidad.
Cráneo en estudio
Las últimas palabras de Martin Dumollard antes de ser ejecutado fueron para recordar a su esposa que no dejase de cobrar una deuda. Una vez muerto, su cráneo fue enviado a una institución médica para ser examinado, donde se determinó que, según la forma de éste, Dumollard debería haber sido un hombre de excelente carácter
Edda Pujadas
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