Más de 400.000 hinchas vitorearon junto a la Puerta de Brandeburgo, en el corazón histórico de la capital alemana, a los vencedores de la final del Mundial ante Argentina
Alemania brindó un apoteósico recibimiento a su selección de fútbol al regreso de Brasil, donde conquistó el cuarto título mundial y el primero para un equipo europeo en suelo sudamericano.
Más de 400.000 hinchas vitorearon junto a la Puerta de Brandeburgo, en el corazón histórico de Berlín, a los vencedores de la final ante Argentina por 1-0 con gol de Mario Götze en la prórroga.
Cansados pero con la felicidad dibujada en la cara y luciendo camisetas negras con un gran número 1, los futbolistas y el cuerpo técnico al mando de Joachim Löw alzaron la Copa ante el júbilo de la multitud que convirtió en un mar de banderas la avenida que une la Puerta de Brandeburgo con la Columna de la Victoria.
«Fue un camino muy largo al título y al final tremendamente difícil, pero estamos tan contentos de estar ahora con la hinchada», dijo Löw, que agradeció a la afición. «Sin ustedes no estaríamos aquí. ¡Somos todos campeones del mundo!»
«Deutschland, Deutschland», corearon los hinchas y entonaron cánticos bajo el sol del mediodía tras esperar durante horas la llegada de su seleccionado.
Antes de festejar con la hinchada, la selección germana fue recibida por el alcalde de la ciudad, Klaus Wowereit, y se inscribió en el Libro de Oro de la capital.
La «Nationalmannschaft» arribó a la capital alemana en horas de la mañana en un avión de la aerolínea de bandera Lufthansa que llevaba pintada en letras gigantes la inscripción «Vuelo vencedor Fanhansa».
El equipo se trasladó desde el aeropuerto en un autobús con los números 1954, 1974, 1990 y 2014 por los años en los que Alemania se proclamó campeona mundial de fútbol y en el último tramo cambió a un camión descapotado, desde el cual saludó a decenas de miles de aficionados que jalonaron las calles berlinesas vestidos con los colores nacionales.
Muchos aficionados llegaron a Berlín desde distintos puntos de Alemania en horas de la madrugada para poder ver a sus héroes. «Nosotros salimos desde Schleswig-Holstein (norte de Alemania) a las 12 de la noche. Queríamos estar acá, esto es único», se alegraba una joven en declaraciones a la televisión pública.
No faltó quien durmió en su automóvil cerca de la «fan fest» para asegurarse un puesto cercano a la pasarela por la que desfilaron los jugadores y su técnico.
Durante un mes, cientos de miles de seguidores alemanes pudieron ver a su equipo en las grandes pantallas dispuestas en la zona de la Puerta de Brandeburgo, la mayor de Alemania para ver los partidos en público, con una superficie de 48.000 metros cuadrados.
Esta fue la tercera vez que el seleccionado alemán acudió a Berlín, pero la primera como campeón del mundo. El equipo agradeció el apoyo de los hinchas en 2006, tras su tercer puesto en el Mundial y en 2008, tras su segunda posición en la Eurocopa. Por el contrario, no hubo recepción oficial tras el tercer puesto en Sudáfrica 2010.
Múnich también preparó una pequeña recepción para los internacionales del Bayern Múnich, entre los que se encuentran el capitán Philipp Lahm, Manuel Neuer y Thomas Müller. También participarán el defensor del Dortmund Mats Hummels y el delantero de la Lazio Miroslav Klose.