Por lo menos 21 personas murieron y 136 resultaron heridas el martes al descarrilarse un tren subterráneo de Moscú en la hora de mayor tráfico matutino.
Los aeropuertos y redes de transporte de la capital rusa han sido atacados por terroristas en el pasado, pero las autoridades negaron enfáticamente que se tratara de ese tipo de agresión.
El metro de Moscú es uno de los más famosos de los sistemas de subterráneos del mundo, conocido por sus interiores palaciegos con mosaicos, lámparas de araña y bancos de mármol.
La estación Parque Pobedy, donde ocurrió el accidente, es la más profunda del sistema subterráneo moscovita, a 84 metros (275 pies), lo que hizo el rescate particularmente complejo. La estación se ubica cerca de donde está el museo de la Segunda Guerra Mundial.
La causa del siniestro seguía siendo desconocida. Las hipótesis incluían la posibilidad de que alguno de los vagones tenía algún defecto mecánico, o que los rieles se hayan hundido, dijo Vladimir Markin, portavoz de la agencia investigativa rusa.
Negó versiones anteriores de que el suceso se debió a un desequilibrio eléctrico que encendió la alarma que obligó al tren a frenar abruptamente.
De las 136 personas hospitalizadas, por lo menos 42 estaban graves, dijeron fuentes médicas. Entre los muertos, según despachos de prensa, había un ciudadano chino y un ciudadano de Tayikistán.
Unas 1.100 personas fueron evacuadas del tren, que se había quedado atascado entre dos estaciones, en un operativo de rescate que concluyó más de 12 horas después del accidente.
En un video divulgado por el Ministerio de Situaciones de Emergencia, se ve los vagones del tren casi aplastados unos sobre otros, abarcando la totalidad del túnel.
AP