Este jueves, el gobernador de Miranda y líder de la Unidad Democrática, Henrique Capriles, afirmó en una entrevista radial que la situación en la que se encuentran las empresas de Guayana es reflejo de la crisis que vive el país.
“Cada vez son más las razones para construir el cambio, porque el futuro de Venezuela no está atado a este Gobierno, ni la vida de las empresas de Guayana está atada a la suerte de este Gobierno, esto es un patrimonio de nuestro país y hoy día lo que vemos en Minerven, Alcasa, Sidor, Bauxilum y Venalum, son ruinas. La producción de estas empresas ha disminuido significativamente. Por poner un ejemplo, en Sidor en 4 primeros meses de este año se produjo lo equivalente a un mes de producción de hace 7 años”.
Aseguró que en Venezuela no hay razones para que el modelo que defiende el Gobierno se imponga por la fuerza. “La visión de Nicolás es que si él se hunde, se hunde la Fuerza Armada. Cada vez hay más generales en posiciones de poder. Es lamentable que el desastre económico y el desprestigio del Gobierno esté salpicando a la Fuerza Armada. Ante esto nuestra responsabilidad histórica es construir una fuerza popular lo suficientemente consolidada y policlasista, para presionar cambios por la vía constitucional y buscar alternativas a la crisis”.
Capriles también insistió durante la entrevista que el modelo económico actual es inviable, comentarios que reafirmó en su cuenta en twitter @hcapriles, al aseverar que las medidas tomadas por el Gobierno están llevando al país a una debacle. “Sólo en 2013 vimos 9 millones de dólares en sobornos del Bandes, desfalco de 84 millones de dólares al Fondo Chino y desvío de más de 200 millones de bolívares a Ferrominera, además del caso de las empresas de maletín a las que Cadivi entregó 25 millones de dólares que fueron desviados. Según los indicadores del Bando Mundial, Venezuela tiene el segundo peor control de la corrupción en América Latina después de Haití”.
Para el líder de la Unidad Democrática la solución a los problemas de país, no se logra con una varita mágica. “Esto no es un trabajo fácil, estamos enfrentando a un monstruo, creemos que el cambio es electoral pero hay que parirlo. Para derrotar al monstruo se necesita mucha gente, para que no se pueda torcer la voluntad popular, porque el Gobierno está acostumbrado a los abusos, a utilizar la fuerza para cambiar las decisiones del pueblo”.