“Asumo el marxismo. Lo asumo y yo cuando asumo, asumo”. Hugo Chávez (14-01-2000)
Cesáreo José Espinal Vásquez
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Nadie puede asegurar que el marxismo se encuentra dentro de la concepción ideológica de la democracia y especialmente, cuando el marxismo que es la fuente del comunismo tiene entre sus postulados doctrinarios, la revolución permanente, la eliminación de la clase social y la propiedad, el control absoluto de la producción y los servicios por el Estado omnipotente, o sea, por el gobierno comunista, llámese socialismo a secas, al no establecer diferencias entre el socialismo marxista y el socialismo democrático. Son dos ideologías con bases doctrinarias antagónicas. No existe marxismo democrático ni democracia marxista. Lo social humanitario y ético, es de derecho justo, fundamento esencial en toda doctrina y no ser secuestrada por personalismos de izquierda o de derecha, lo que he denominado “el socialyomismo”, que es la tiranía de la mayoría circunstancial, sea en democracia capitalista, neo-liberal y salvaje o en el socialismo marxista, comunista, estatista y subyugante. No obstante, es obligante para poder convivir en paz, respetar las idolologías o doctrinas que desean voluntariamente abrazar cualquier persona, pero es inaceptable, la imposición de una doctrina que doblega la conciencia y el libre desenvolvimiento de la personalidad.
El presidente Hugo Chávez en acto celebrado en la Asamblea Nacional el día 14 de enero de 2000, dijo en confesión pública y enfáticamente: “Asumo el marxismo, lo asumo y yo cuando asumo, asumo”, y al asumirlo en lógica interpretación, sometía a su gobierno al marxismo y por ende, al comunismo.
Funcionarios de instituciones públicas, gobierno, militantes del partido socialista unido y altos jefes de las nuestras fuerzas armadas, obnubilados en esta doctrina de Chávez, se han apartados del trajinado “slogan”: “dentro de la Constitución todo, fuera de la Constitución, nada”. La Constitución es democrática y social, de derecho y de justicia, no es socialista marxista.
La aberrante frase: “el fin justifica los medios”, es de “lesa humanidad”.
La doctrina de Simón Bolívar, el padre de la patria, es obligante, para hacer patria: “Un gobierno que haga reinar la inocencia, la humanidad y la paz, que haga triunfar el imperio de las leyes inexorables, la igualdad y la libertad”.