Un “colectivo” estaría involucrado en el asesinato de Aileve Betsabeth Acosta, cuyo cuerpo sin vida fue hallado en la UD-5 de Caricuao, a 150 metros de un puesto de “Patria Segura” y casi al lado de la estación Zoológico del Metro de Caracas.
Aileve cargaba a su bebé de 13 meses de edad, el día del crimen, el pasado sábado 19 de julio, sin embargo, aún está desaparecida. Drehimerliz es buscada por su abuela María Luisa Acosta, quien asegura que “mi corazón me dice que está viva”
“237-7” no son una simple combinación numérica. Son las cifras que evidencian el horror de la inseguridad y violencia que cada hora enlutan a dos familias en Venezuela.
Esos números estaban escritos en la parte posterior de la cédula de Aileve Betsabeth Acosta, e indicaban que su cadáver era el 237 que ingresaba a la morgue de Bello Monte durante el mes siete del año. María Luisa Acosta tuvo que ir en la mañana del pasado domingo 20 de julio a reconocer el cuerpo sin vida de su hija, que horas antes había sido hallado en la UD-5 de Caricuao, a 150 metros de un puesto de “Patria Segura” y casi al lado de la estación Zoológico del Metro de Caracas.
El miedo se impone
Pocos aspectos se manejan públicamente sobre el suceso. Visité varias zonas de Caricuao en busca de testimonios, pero pocos hablan abiertamente sobre el tema. Hay miedo, muchos saben qué pasó y quién mató a Aileve a sus 25 años de vida, pero evaden dar detalles sobre el tema.
Lo único cierto es que el pasado lunes 21 de julio, comisiones del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), en conjunto con la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), allanaron unas instalaciones ubicadas en la UD-6 de Caricuao, conocidas como Capud, donde opera un “colectivo”, como se le conoce a ciertos grupos afectos al chavismo. Un anciano me cuenta que “de ahí sacaron fusiles y pistolas… hasta un poco de cajas de balas… y quién sabe qué más, porque la policía bajó el resto de las cosas en bolsas”.
Ese día las autoridades se llevaron a seis detenidos, todos presuntos miembros del colectivo que hace vida en esa zona. Las pesquisas llevaron a los funcionarios al Capud porque horas antes, dos sujetos que merodeaban por esos lados no pudieron ocultar su nerviosismo al ver a las autoridades. Tras la requisa de rigor, se constató que uno de ellos presentaba rasguños en el cuello, lo que hizo presumir a los detectives que podrían ser producto de la defensa que hizo Aileve Betsabeth Acosta de su vida, momentos antes de ser ultrajada y asesinada.
El pánico con el que viven los vecinos en Caricuao es comprensible: extraoficialmente se conoce que más de cien colectivos operan en esa parroquia, varios de ellos armados.
“A un muchacho le vaciaron un ojo, a otra señora le dieron un tiro en una nalga… eso es lo que se conoce de estos días… hay unos que sí trabajan de forma pacífica por la comunidad y ayudan a los niños, pero otros son una amenaza, ya estamos cansados de la violencia de esa gente”, refiere un vendedor ambulante de la zona.
¿Asesinato quedará impune?
Una joven que presenciaba el allanamiento me contó que uno de los detenidos, tenía una actitud “arrogante y prepotente y le decía a sus compañeros que él resolvía eso con una llamada, que se quedaran tranquilos que los iban a soltar a todos”.
En efecto, el sujeto, identificado como uno de los jefes del colectivo, a las pocas horas estaba de regreso a Caricuao. “Por una llamada ‘de muy arriba’ lo soltamos”, me confirmó una fuente policial. “Y ahí si no podemos hacer nada, tuvimos que liberarlo”.
Una nieta desaparecida
En medio de la parte policial y lo dantesco del crimen de Aileve, me impresionó la fortaleza de María Luisa Acosta. Ella es profesora –aunque ella se califica de “pobre-sora”, debido al escaso sueldo que cobra por formar a las generaciones del futuro-, egresada del Instituto Pedagógico de Caracas, “a mucha honra”, me acota.
De su hija refiere que “era muy alegre. Donde había una fiesta, una música, allí estaba Aileve”. Sobre el suceso que le arrebató a la joven, dice que “ya las autoridades se están encargando del caso. Yo no puedo hacer más nada, solo confiar en lo que hará la justicia”.
Se mantiene firme porque es ella quien debe velar por sus padres y su hijo. “No puedo darme el lujo de derrumbarme, me quedan ellos a quienes tengo que cuidar y mi nieta, que mi corazón me dice que sigue viva”.
Esa nieta que también estimula la entereza de María Luisa es Drehimerliz María de Los Ángeles Páez Acosta. Tiene 13 meses de nacida y es la hija de Aileve, quien siempre la llevaba a todos lados. La noche del sábado 19 de julio, la última vez que fue vista con vida junto a unos sujetos del colectivo que opera en el Capud, Aileve cargaba a la bebé en sus brazos. En el lugar donde fue hallado el cuerpo sin vida de la joven mujer, también se encontraron pertenencias de Drehimerliz, como su tetero y unas mantas, sin embargo, hasta el día de hoy el paradero de la niña es desconocido.
María Luisa pide a quienes tengan a su nieta que la dejen en un lugar público de la UD-5 de Caricuao, dado que los vecinos están activados en su búsqueda. Drehimerliz tiene problemas de salud por padecer de bronquiolitis (una afección en las vías respiratorias) por lo que requiere atención médica para que su situación no empeore. Asimismo, está bajo un régimen especial de alimentación debido a deficiencias en su peso.
“Ayúdennos, devuélvanos a la niña”, clama su abuela, quien ya perdió a su hija a manos de la violencia. Ahora su esperanza es recuperar a Drehimerliz. “Tiene que aparecer sana y salva. Oren en las iglesias católicas y cristianas para que vuelva pronto a casa”.
Que así sea María Luisa.
En Youtube
Por el canal de Richard Sanz (rsanz777) más detalles sobre Drehimerliz María de Los Ángeles Páez Acosta, la bebé de 13 meses de edad, desaparecida desde el pasado 19 de julio tras el asesinato de su madre, narrados por su abuela, María Luisa Acosta
SIN RODEOS
Richard Sanz
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