El diputado de la Asamblea Nacional por el estado Táchira, Abelardo Díaz, calificó como aberrante, la humillación a que a su juicio es sometida la población tachirense por parte del gobierno para poder obtener el gas doméstico indispensable para el hogar, y que en algunos casos representa el medio de vida de un número importante de familias del estado andino.
«Nuestros coterráneos pierden horas y horas en largas colas a la intemperie, corriendo los riesgos propios de la manipulación y traslado de las bombonas, aunado al incremento de los costos que acarrea el transporte de las mismas y muchas veces perdiendo el viaje pues a pesar de llegar temprano a los centros de llenado de PDVSA Gas Comunal, terminan por no poder conseguir el servicio, dado a los altos niveles de escases del producto con relación a la demanda«.
El parlamentario socialcristiano afirmó que la crítica situación del suministro del gas en la región es consecuencia del ejercicio del poder por parte de un gobierno que se lo comió la ineficiencia, la corrupción y la falta de planificación, «a veces, es risible escuchar a voceros políticos del oficialismo, justificando la crisis en el crecimiento de la población y en que se cocina más. Vaya tesis tan absurda e irresponsable, que además pretende tratarnos a los tachirenses como tontos».
«La verdad es que el modelo económico y político del gobierno fracasó. Ese modelo estatista que buscó mantener el control de todas las áreas del país; la estatización de los servicios públicos como el suministro del gas trajo como consecuencia la falta de planificación. La producción no creció en la misma medida que la población y sus necesidades, y hoy en manos del gobierno este servicio va de mal en peor y sin señales de mejorar, pagando siempre el pueblo que es el consumidor, los platos rotos de los fracasos del gobierno».
Destacó Díaz que la situación que se vive hoy en día y las vicisitudes que sufre la población para obtener este vital servicio, «hace recordar que antes que el gobierno chavista le pusiera la mano al suministro del gas, jamás se había vivido esta crítica situación. Se llamaba a empresas como Vengas, Ráfagas, Emegas entre otras y de inmediato se recibía el servicio, además que hasta en la bodega de la esquina se podía comprar el gas, pero como todo en el país, la revolución le puso la mano y lo echó todo a perder».