Una falla dejó sin luz a medio barrio Las Casitas, en Guatire, el miércoles por la noche. La otra mitad tenía luz, pero muy opaca, afectando los electrodomésticos. La cuadrilla de Corpoelec atendió la emergencia doce horas después del siniestro
Los servicios públicos en Guarenas-Guatire se han deteriorado drásticamente en los últimos meses. Cuando no es la sequía, que impide que el agua llegue regularmente y con la fuerza debida a las viviendas, entonces se avería el sistema Taguaza y deja sin el servicio a miles. En cuanto a la luz, a los cortes no programados se han unido en estas semanas las explosiones de transformadores y la lenta respuesta de las cuadrillas de la empresa Corpoelec para atender las emergencias.
Así como hace años se raciona el agua en el sector Las Casitas, de Guatire, en los últimos meses no sólo ha continuado la falta de servicio dos días a la semana (martes y jueves en la mayoría de las oportunidades), sino que ahora se va el agua cualquier otro día de la semana (los grifos estuvieron vacíos durante todo el domingo 10 de agosto), sin contar con el quiebre del servicio tras averiarse el sistema Taguaza (la semana pasada).
Mientras, el servicio de luz no avisa cuando se cae, ni Corpoelec publica ni anuncia los cortes programados.
El sábado pasado, numerosas viviendas de la zona sufrieron el corte del servicio en horas de la noche, presuntamente por la explosión de un transformador. El corte duró toda la noche, y aunque el servicio fue restablecido, en algunas viviendas sufrían la falta de luz al día siguiente.
Este miércoles se produjo otro siniestro, a eso de las nueve de la noche. Los vecinos dicen que escucharon unas explosiones y las atribuyeron a que unos transformadores estallaron. Medio barrio quedó a oscuras. Y la otra mitad a medias. Corpoelec no llegó sino hasta este jueves en la mañana, como a eso de las ocho (doce horas después=, y tardó poco más de tres horas en solucionar el problema.
Esta avería en el sistema de luz fue diferente a otras. Mientras unas casas quedaron completamente a oscuras, en aquellas en las cuales sí había electricidad, la misma no tenía intensidad y no permitía encender aires acondicionados, televisores, equipos de sonido ni ventiladores; las neveras debieron ser desconectadas. Muchos equipos sufrieron averías.
Mientras todo esto sucede en un sector como el barrio Las Casitas, los vecinos se preguntan el por qué de tantas fallas en los servicios y además por qué no son informados debidamente sobre esas fallas.
Edward Sarmiento
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