Con el liderazgo oficialista cuestionado y divorciado de sus bases, y con el liderazgo “alternativo” dividido e igualmente distanciado del pueblo opositor, nuestra Venezuela en crisis económica, política y moral atraviesa una hora, más que grave, extremadamente peligrosa
Cualquiera que revise nuestros escritos, declaraciones y entrevistas podrá constatar que NUNCA participamos en el irresponsable carnaval de epítetos y descalificaciones con que generosamente se “regalaron” mutuamente ciertos sectores de la oposición “democrática” (nunca tan mal usado ese adjetivo) durante el primer semestre del año en curso: “Colaboracionistas” y “loquitos” fue lo más bonito que se dijeron. “Comprados por el chavismo” y “golpistas de agenda oculta” fueron también piropos que se cruzaron durante medio año. Extremistas de un lado llegaron a la indecencia de agredir a Bony de Simonovis cuando ella afirmó estar dispuesta a usar el diálogo y cualquier otro recurso lícito para procurar la libertad de su esposo, mientras que extremistas de signo contrario llegaron a regatear a Lilian Tintori la solidaridad con su esposo Leopoldo López, obligatoria con él como con todo preso de conciencia. A esos niveles de miseria moral llegaron algunos sujetos que, para sorpresa universal, se autodenominaban “demócratas”.
La intolerancia salpica
Desgraciadamente, no fue este un pleito privado entre dos grupos extremos. No fue una golpiza entre “barras bravas” del futbol sureño o entre “hooligans” europeos. El impacto de esa vergonzosa confrontación nos afecta hoy a todos los venezolanos. Su eco detonó “la salida” de Ramón Guillermo Aveledo de la Secretaria Ejecutiva de la Mesa de la Unidad Democrática, y tanto los que procuraron su salida como los que la permitieron han sido incapaces hasta ahora de un relevo razonable y creíble. No existe en la actualidad, pues, una voz que desde el ámbito opositor sea capaz de decir “nosotros”. Esto ocurre mientras que en el ámbito oficialista la crisis de liderazgo se hizo evidente con la realización de un “congreso” en cuya elección participó sólo uno de cada diez oficialistas con derecho a voto, y cuya utilidad más clara fue la de enmarcar el retorno triunfal de un exfuncionario acusado en el extranjero de vínculos con el narcotráfico.
Con el liderazgo oficialista cuestionado y divorciado de sus bases, y con el liderazgo “alternativo” dividido e igualmente distanciado del pueblo opositor, nuestra Venezuela en crisis económica, política y moral atraviesa una hora, más que grave, extremadamente peligrosa.
Quien le dio “la ayudaíta” a Maduro no fue María Bolívar, precisamente…
Pese a su crisis de representatividad política y de legitimidad afectiva, la nomenclatura gobiernera tiene sin embargo a su favor la inercia del poder, los recursos que maneja y la solidaridad que une a los saqueadores mientras el saqueo tiene lugar (es en el reparto del botín cuando suelen ocurrir sus problemas). Por eso aprovechan la parálisis y la división opositora para seguir “raspando la olla” sin escrúpulos y con premura. No es extraño en consecuencia que desde la cúpula del poder se haya anunciado el aumento del precio de la gasolina justamente dos días después que Aveledo renuncia. Tal coincidencia en el tiempo no es “casual”: En realidad, es causal… Esta circunstancia hace evidente que lo único “loquito” es dividirse, y que el más descarado acto de colaboracionismo con el “régimen” (dictadura, proyecto autoritario, desgobierno, llámelo como quiera) es precisamente fracturar al conjunto de fuerzas que hoy, de estar unidas, constituirían ante la sociedad venezolana y el mundo la alternativa lógica y creíble ante el deslave oficial.
Vocación de poder vs. Ansias de poder
La inmadurez es mucha, los egos son más grandes que las franquicias o los micropartidos que los albergan, la soberbia de quienes quieren gobernar un país que aún no tienen el gusto de conocer es patética. Pero lo más grave es como las ansias de poder han sustituido la indispensable vocación de poder.
En efecto, quien tiene vocación de poder posee un compromiso profundo con el país y una visión de futuro; quien sólo tiene ansias de poder apenas tiene consignas. Quien tiene vocación de poder maneja razones y argumentos; quien sólo tiene ansias de poder dice tener “bolas” u “ovarios”. Quien tiene vocación de poder acumula triunfos y organiza equipos; quien tiene ansias de poder desconoce triunfos y disuelve equipos. Quien tiene vocación de poder UNE; quien sólo tiene ansias de poder DIVIDE.
Y mientras divide, paraliza. Y mientras paraliza, la antidemocracia avanza. Ese es el verdadero “colaboracionismo”, el que genera dolor y rabia en ese pueblo, chavista, opositor e independiente, que hoy está luchando solo y al detal en todos los rincones de la Patria contra el paquetazo Diosdado-Madurista, mientras la dirigencia opositora le dice al país “ya va, no se angustien, que nos vamos a reunir…”. No hay excusas, no hay derecho. Hay un país por rescatar, para todos y entre todos. ¡Palante!
Radar de los Barrios¿Secretario Ejecutivo yo? no, gracias…, no fumo”
A diferencia de los llamados “auto-postulados” (cuya existencia no podemos corroborar), el actual clima de malestar y desconcierto ha llevado a numerosos compatriotas a asomar el nombre de este humilde servidor como posible sustituto del Dr. Ramón Guillermo Aveledo en la secretaria ejecutiva de la MUD. Han sido tantos y tan insistentes, que me veo forzado a razonar mi negativa respuesta en los siguientes términos:
1) La Mesa de la Unidad Democrática es una alianza político-partidista. Quien funja como coordinador, armador de juego, concertador de posiciones o “secretario ejecutivo” debe ser, en consecuencia, quizá no una “ficha partidista”, pero sí un dirigente político con autoridad en ese ámbito, capacidad de convocatoria y muuuucha paciencia.
2) El problema de la MUD no es en realidad “técnico” o “administrativo”, sobre quien convoca reuniones, lleva la agenda o ejerce vocerías. Es un problema político. Si en su inmensa inmadurez ciertos actores partidistas creen que la unidad puede reducirse a lo electoral y que la lucha política y social puede adelantarse mediante el expediente del “dibujo libre”, entonces no hay “secretaría” alguna que pueda remediar el daño.
3) Mal puedo yo asumir una función cualquiera, la que sea, en un bloque político-partidista, cuando mi actividad cotidiana como activista social y comunicador popular expresa e implica un compromiso de lucha compartida con venezolanos opositores, independientes y chavistas descontentos. Ese es mi trabajo: La construcción de conciencia y músculo democrático en los sectores populares. Que otros hagan el suyo. ¡Y que lo hagan bien!
Jesús Chuo Torrealba
Twitter: @chuotorrealba