“Dijo Dios: ‘Haya luz’, y hubo luz, el primer día”. Génesis
Cesáreo José Espinal Vásquez cjev@cantv.net
En el primer día Dios hizo la luz, pero no fue la luz de las lumbreras de los cielos para separar el día de las noches porque las grandes luminarias, el sol, la luna y las estrellas, las hizo al cuarto día. Los exégetas han dicho, que en el primer día Dios hizo la luz, que es la luz del entendimiento. Al ser humano, lo hizo al sexto día y al séptimo, descansó. “La tierra estaba confusa y vacía y las tinieblas cubrían la haz del abismo”(Creación del universo).
Al aceptar por fe que lo primero de lo primero, fue la luz del entendimiento, debemos colegir que este don está íntimamente unido a la libertad de pensamiento, de conciencia, de lo bueno y útil lo que conlleva inexorablemente, al respeto a Dios, al respeto a uno mismo y al respecto a nuestros semejantes y a la creación. Se ha dicho y es válido para todas las creencias que conducen a Dios, que si no existieran religiones piadosas es de urgencia fomentarlas. En este sentido, valga por siempre el respeto para todos los credos, doctrinas e ideologías, siempre y cuando no conduzcan a la tiranía de la personalidad, que es el don más preciado del ser humano porque trasciende a la materia. Es del derecho humano en esencia.
La libertad de pensar en lo bueno y lo grande es para todos los seres humanos sin excepciones y ello, fundamentalmente, es determinante para la sana convivencia en una sociedad justa.
Shopenhauer, Marcuse y recientemente Ignacio Ramonet, han justificado el pensamiento único, el pensamiento unidimensional y el Estado de idea única, lo que en definitiva como ha alertado su Santidad el Papa Francisco, el pensamiento único es la dictadura de la libertad de conciencia.
Todas las guerras, guerrillas y revoluciones en búsqueda y control del poder político, ambiciones personales, en revolución industrial y con revolución permanente del marxismo han presionando la mentalidad de la gente, en sus extremos, de esclavos del neoliberalismo salvaje y en esclavos del comunismo tiránico bajo esquemas de dar beneficios con poder del pueblo, para el pueblo y con el pueblo, en la democracia capitalista o en el socialismo comunista, distante de la verdadera democracia y socialismo ético y humanista para la paz en el Estado de Derecho Justo de seguridad, justicia y bien común, al subyugar el libre desenvolvimiento de la personalidad e imponiendo el pensamiento único.