Con el brazo de Justin Verlander fundido, Aníbal Sánchez en la lista de incapacitados y Miguel Cabrera sin los números de las dos últimas temporadas, la situación parece complicársele a los muchachos de Detroit
Hay que decir esto desde el inicio: los Reales de Kansas City están en primer lugar, y los Tigres de Detroit están en segundo lugar. Todavía es mediados de agosto, y hay fiebre de beisbol en la División Central de la Liga Americana.
¿A quién preferirían tener? ¿A David Price … o Doug Fister, Austin Jackson, Drew Smyly, Jhonny Peralta y Joaquín Benoit?
Es un poco injusto criticar al gerente de los Tigres Dave Dombrowski ya que ninguno de esos jugadores estuvieron involucrados en las mismas transacciones, pero todo se relaciona con el mismo punto: por las pasadas cuatro temporadas, los Tigres han sido un equipo repleto de estrellas y descartes, lleno de grandes jugadores con temporadas monstruosas, pero que carece de profundidad y que ha ganado tres banderines divisionales consecutivos a pesar de algunos huecos obvios.
El conseguir en cambio a Price es como una reafirmación de esa filosofía. Constituye una mejoría comparado con Smyly -aunque en menor grado que lo que la mayoría de los expertos lo catalogó al momento del cambio- pero además llegó a expensas de perder tu jardinero central regular en Jackson, un jugador promedio sólido tanto en el plato como en el terreno. Al salir de Jackson mediante cambio, Dombrowski y los Tigres además aumentaron su dependencia de que J.D. Martínez siga su desarrollo, y que Rajai Davis continúe luciendo bien como jugador regular.
Un gran problema con este tipo de filosofía: ¿Qué sucede cuando las estrellas no juegan como estrellas?
Justin Verlander ha estado sufriendo a lo largo de una mala temporada y el lunes finalmente se obtuvo una respuesta a una de las razones para ello: tuvo que salir de juego tras una entrada, cinco carreras y 40 lanzamientos con dolor en el hombro derecho, en un partido que los Piratas ganaron eventualmente 11-6. Verlander ha dicho toda la temporada que se siente saludable, así que quizás es injusto especular que él esté lanzando con una lesión, pero es algo que provoca dudas. Quizás eso sucedió en el momento más inoportuno, el día después de que Aníbal Sánchez fuera enviado a la lista de lesionados por un desgarre en el pectoral mayor derecho, y además en el día en el cual los Reales tenían oportunidad de desbancarlos de la cima. Si Verlander se une a Sánchez en la lista de incapacitados, sería la primera vez que le ocurre eso en su carrera de Grandes Ligas.
Obviamente, se espera que la lesión de Verlander no sea seria. Pero Jim Leyland sometió a este tipo a labores extremas a lo largo de los años; lideró las mayores en pitcheos en 2009, 2011, 2012 y 2013 y llegó segundo en el 2010. Y eso no incluye las 71 entradas y sobre 1,100 pitcheos que Verlander ha hecho en la postemporada desde 2011. A pesar de lo gran lanzador que ha sido, ese brazo tiene mucho millaje de alta velocidad, y todo el mundo sabe que la velocidad ha disminuido en esta temporada. Es posible que su grandeza se haya ido mucho antes de su salida del partido del lunes (y eso, tanto como cualquier otra razón, haya sido el detonante para que Dombrowski haya hecho el cambio por Price, pensando que era uno de esos momentos de ahora o nunca con un Verlander en declive y la posible partida de Max Scherzer luego de la campaña como agente libre).
En cuanto al juego del lunes, no hay un descenso súbito en velocidad o un momento que se pueda ver donde haya ocurrido una lesión, no como cuando José Fernández se reventó el codo. ¿Acaso lanzó toda la entrada con dolor en el hombro? Va a ser interesante cómo resulta esto. La salida de una entrada llegó luego de una derrota en 19 episodios, así que el bullpen de Detroit ya estaba caminando con poca gasolina en el tanque. Además llegó luego que los Tigres jugaran para 2-5 la semana pasada y vieran evaporarse su ventaja de cinco juegos. Llw¡egó también en la semana en la cual los Reales tienen cuatro juegos ante los Piratas y tres contra los Marineros, dos equipos que son sólidos contendientes a playoffs.
¿Es tiempo de apretar el botón del pánico en Detroit? Absolutamente. Los Reales tienen mejor bullpen, mejor defensive y más velocidad. ¿Y las rotaciones? La de los Reales tiene efectividad de 3.75, la de los Tigres 3.73 (obviamente, eso solo incluye dos salidas de Price).
No se está tratando de patear a los Tigres caídos, pero de repente dos quintas partes de la mayor fortaleza del equipo se han desvanecido y ahora se a un equipo que no tiene la profundidad de la escuadra del año pasado, que fue fácilmente la mejor de los tres equipos que han conquistado cetros divisionales. Johnny Peralta y Joaquín Benoit se fueron por la agencia libre tras sólidas contribuciones en el 2013 y temporadas anteriores. John Smyly fue una gran herramienta en el bullpen antes de unirse a la rotación este año. Dpug Fister fue cambiado en el controversial acuerdo en la temporada baja con los Nacionales por los lanzadores Ian Krol y Robbie Ray, los que no han impresionado hasta ahora en el 2014 (Krol en las mayores, Ray principalmente en Triple-A).
El cambio por Price se produjo, en parte, debido al cambio de Fister.
Así que ahora los Tigres están dependiendo de Martínez, quien fue dejado libre en la primavera por los Astros. Hizo algunos ajustes menores en su swing y tuvo un gran inicio de temporada con los Tigres luego de comenzar la temporada en las menores. Pero al entrar al partido del lunes, en 22 juegos desde el Juego de Estrellas, bateaba para .197/.256/.342 con 23 ponches.
Los Tigres están dependiendo de que Miguel Cabrera batee como Miguel Cabrera. Y no es que esté teniendo un mal año, pero sus números de .308/.366/.509 son casi los mismos que los de Melky Cabrera (.318/.374/.480). Los Tigres no le están pagando a Miggy para que batee como Melky.
Oh… y los Tigres le deben a Verlander $140 millones por los próximos cinco años, y a Cabrera $270 millones por las próximas nueve temporadas.
¿Ahora o nunca? Quizás.
Se parecen igualito
Estos Tigres recuerdan mucho a los Marineros de finales de la década de los 90. De 1995 a 1998, los Marineros tenían a Ken Griffey Jr., Randy Johnson, Álex Rodríguez, Edgar Martínez y Jay Buhner. Ellos llegaron a los playoffs en 1995, pero perdieron en la Serie de Campeonato de la Liga Americana. El equipo de 1996 anotó 993 pero falló en llegar a la postemporada cuando Johnson se lesionó. El equipo de 1997 ganó el Oeste de la Americana pero perdió ante los Orioles en los playoffs. En 1998, Johnson fue cambiado en la fecha límite de cambios y el equipo terminó por debajo de los .500.
Esos equipos de los Marineros poseían un talento increíble de primera línea. Tuvieron problemas para juntar la parte trasera de la rotación y el bullpen. Tuvieron huecos como Russ Davis, y el jardín izquierdo y la banca eran en ocasiones bien débiles. Las estrellas eran espectaculares; los descartes no tanto. Eran divertidos y excitantes, pero al final no pudieron llegar a una Serie Mundial. (Los Marineros de 2000-2003 se reagruparon para llegar a los playoffs dos veces y ganar 90 partidos cuatro años seguidos, pero ese era un equipo diferente, siendo solo Martínez el único sobreviviente de aquellos años).
Es posible que los Tigres tomen ese camino. Llegaron a la Serie Mundial en el 2012, solo para ser barridos.
Dos semanas después de haber adquirido a Price todo el mundo discute el venidero choque de rotaciones en la postemporada entre Tigres y Atléticos.
Ahora están en una batalla por ver si pueden llegar a los playoffs.
Ahora… o nunca.
David Schoenfield
espn.com