La sede de los funcionarios de prevención, pertenecientes a esta jurisdicción mirandina “deja mucho qué desear”, pues la carencia de un espacio adecuado para pernotar en horas de guardia ha ocasionado que la única motivación de trabajo sea “su pasión y compromiso con la comunidad”
En una comunidad como la del municipio El Hatillo, estado miranda, que posee tantas zonas rurales donde constantemente viven bajo numerosos riesgos, existe la amplia necesidad de contar con un cuerpo de rescatistas capacitados para actuar en momentos de crisis y emergencias.
Es por ello, que el cuerpo de Protección Civil dependiente de la Alcaldía El Hatillo dirigida por Myriam Do Nacimiento, debería ser una de las mejores dotadas y equipadas de todas las direcciones que conforman la jurisdicción, pero la realidad es diferente.
Su sede, ubicada en la calle Mota del pueblo hatillano, está situada detrás del ambulatorio Jesús Reggeti, es una pequeño espacio de dos divisiones que apenas cuenta con unas literas y un par de colchones vencidos e insalubres, donde los funcionarios intentan descansar en sus horas de guardia, más un grupo de lockers y un escritorio, los cuales comparten con la cocina donde “cuando mucho pueden prepararse un café”.
“Esto aquí está horrible, pero nos toca. Lo poco que tenemos es gracias a la donación de vecinos (…) Es triste pensarlo así, pero cuando ellos lo van a botar algo, uno debe salir corriendo a recogerlo para dignificar un poco nuestro lugar de trabajo”, relató Carmen Díaz, rescatistas de la institución, refiriéndose a los medios por lo que ha obtenido el amueblado del lugar.
Ni siquiera poseen un baño en el cual realizar sus necesidades fisiológicas y de aseo, a pesar de que estas personas diariamente cumplen horas nocturnas en el lugar, y debido a su trabajo, en ocasiones llegan llenos de barro y suciedad.
“Imagínate, los hombres se van a la parte de atrás de la sede que ya pasó a ser una especie de baño al intemperie, nosotras mientras tanto, tenemos que salir corriendo al ambulatorio y si está cerrado nos toca aguantarnos o improvisar”, explicó.
Sin ambulancia
En cuanto la posesión de las indumentarias para el ejercicio de su labor, señaló que no ostentan con los instrumentos necesarios para abastecer las necesidades que requiere todo el municipio, pues apenas cuentan con dos ambulancias operativas y una vehículo para el personal de riesgo.
“La ambulancia es un desastre, incluso en un riesgo para el paciente, ya que puede peligrar su vida durante el traslado, debido a que no posee las instrumentos necesarias para su optima atención. Ni siquiera cuenta con aire acondicionado y la camilla que tenemos sólo aguanta 40 kilos”, destacó Ana Cordero, también trabajadora de la institución.
Otras carencias
Para el cuerpo de Protección Civil El Hatillo el uniforme es otro problema, pues según aseguraron la dotación es casi nula, pues sólo reciben periódicamente franelas que es sólo una mínima parte de su vestimenta; el resto frecuentemente es costeado por sus propios medios. Igual que la creación de plazas para el personal fijo, pues existen personas que tienen más de cinco años en un cargo y siguen en su condición de contratados
Anabel Barrios Díaz
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