Productores agropecuarios han cambiado sus rutinas para evitar que las amenazas de muerte se concreten
Comunicarse por teléfono con un productor agropecuario del estado Zulia es casi imposible. La mayoría no atiende llamadas de números desconocidos. Todos, sin excepción, temen ser extorsionados. La posibilidad que en 2009 tenía un ganadero de ser secuestrado por bandas organizadas, con capacidad para mantenerlos en cautiverio durante varios meses, hoy se traduce en otro delito: extorsión. Armando Chacín, presidente de la Federación de Ganaderos del Lago de Maracaibo, ha notado cómo los plagios prolongados disminuyen cada vez más desde hace cinco años en esa región pues los delincuentes que se dedicaban a ese crimen en la actualidad extorsionan a estos trabajadores. De acuerdo con datos del ministerio de Relaciones Interiores el secuestro ha disminuido en 52% en el último año. »Hay ganaderos que les pagan vacunas a grupos irregulares, muchos de Colombia, que los extorsionan en las localidades de Rosario de Perijá, Machiques, Catatumbo, Jesús María Semprún, Laberinto, en Colón, y en los municipios Miranda y Urdaneta. Lo lamentable es que varios afectados recurren a estos delincuentes para solucionar sus problemas porque no se sienten seguros con las fuerzas de seguridad del Estado. Quienes han sido amenazados nos comentan sus casos, pero no los denuncian por desconfianza», explicó. Larry Fernández, presidente de la Asociación de Ganaderos de la Costa Nororiental del Lago, es uno de los representantes de estos gremios que recibe las denuncias que los afectados no se atreven a realizar ante los organismos de seguridad del Estado. »Hemos visto cómo ha sido el auge de la extorsión en el Zulia pero, sin duda, este delito se ha agudizado aún más desde hace seis meses para acá. Pareciera que para los delincuentes que antes secuestraban ahora es más lucrativo y menos peligroso. Los productores que han sido extorsionados no están yendo a los fundos; ha habido deserción de ganaderos por temor. Otros, cambian sus rutinas por la mañana y en las noches para resguardar a sus familiares. Los que vivían en las fincas ahora residen en ciudades», advirtió. El presidente de Aganorla denunció que algunos productores agropecuarios que no han pagado las vacunas que les exigen han sido asesinados. Entre los tres homicidios que Fernández tiene documentados en agosto refiere el de Ender González, de 45 años de edad, ultimado de varios disparos el 17 de julio en Los Puertos de Altagracia. »González había sido amenazado por teléfono. En una oportunidad pagó vacuna, pero como se negó a pagar otra vez, lo mataron. Cuando a los ganaderos les suena el teléfono sienten terror. Nadie sabe si los llama un policía, un trabajador de su finca, un bombero o un cura», expresó.
Vía El Nacional