Votar por los candidatos de Chávez será votar para que la Policía Nacional llegue a nuestros estados, para que la Misión Vivienda crezca en nuestras ciudades, para que las diversas misiones sociales cuenten con el apoyo de un gobernador de Chávez
Luego de la victoria perfecta del candidato de la patria, con más de 12 puntos de diferencia, con el logro de 22 de las 24 entidades federales y de siete de los ocho estados gobernados por la oposición, sin duda una victoria de una magnitud que pocos presidentes de cualquier continente del mundo pueden presumir.
Además de la victoria electoral nos encontramos con algunas victorias simbólicas del bloque histórico, cuya aparición inicia con el quiebre económico, social, militar y político que vivió nuestra sociedad durante la década del ochenta y noventa y con la aprobación de la Constitución Bolivariana.
Esas victorias simbólicas las podemos descifrar en una derecha disfrazada de izquierda durante la campaña electoral, en una participación de más del 80% de los electores, en el reconocimiento al CNE y a las nuevas instituciones del Estado, el reconocimiento a la Constitución y a la bandera con sus ocho estrellas.
Con estas afirmaciones no quiero decir que la burguesía acepte verdaderamente estos hechos, pero sí que el reconocimiento de la gran mayoría de la sociedad los obliga a aceptar estas victorias simbólicas, de un cambio de paradigma social.
Algo importante a resaltar es que es la segunda elección donde la mayoría de los electores votan por un candidato que claramente anunció a sus electores que quienes votaban por él lo hacían por el socialismo.
Ahora, el presidente invicto ha presentado sus 23 candidatos a las gobernaciones y, por lo que percibimos, todos con grandes posibilidades de ganar. Estos son los candidatos de la patria.
Estamos en la antesala de un proceso electoral que confrontará dos visiones de sociedad, por un lado los candidatos de la burguesía que defienden la división del Estado, la exclusión de las mayorías y están en contra del desarrollo del país; y por otro lado los de la patria, quienes defienden la unidad del país y su independencia, la construcción de una sociedad más justa e igualitaria, el desarrollo de todo nuestro potencial económico y social y la conservación de nuestra naturaleza. La batalla de diciembre será la continuidad de la batalla de Carabobo.
Votar por los candidatos de Chávez será votar para que la Policía Nacional llegue a nuestros estados, para que la Misión Vivienda crezca en nuestras ciudades, para que las diversas misiones sociales cuenten con el apoyo de un gobernador de Chávez.
Me recuerda el Caracazo
En la década del noventa, con la caída del muro de Berlín, se impuso la tesis de Fucuyama, “el fin de la historia”. Con esa frase se resumió el supuesto fin de la confrontación de modelos de sociedad, de dos visiones económicas: la imperante, la hegemónica cobró su victoria y la cobró con fuerza sobre los más débiles. Vimos cómo las tesis neoliberales se arrojaron con todo su terror sobre las sociedades latinoamericanas. Vimos cómo utilizaron al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional (FMI) para condicionar los préstamos económicos. A través de las universidades y los medios de comunicación se justificó el intento de desaparecer el Estado. Se produjo la disminución de la inversión en educación y salud, la reducción del monto de las pensiones, el aumento de la edad para las jubilaciones, la liberación de los precios y el cambio de moneda. Se otorgó dinero público a los bancos privados, en fin dejó todo en la mano invisible de los poderes fácticos y se cedió la soberanía económica.
Dichas medidas generaron altos niveles de pobreza en los países latinoamericanos, se originó una caída de los indicadores de salud, del desmontaje de nuestra capacidad industrial y en consecuencia una alta confrontación social.
En el caso venezolano vivimos, durante los últimos gobiernos de Pérez y Caldera, la implementación del recetario neoliberal, en tanto en las políticas económicas como sociales. Lo cual generó la constante confrontación popular, que tuvo, durante esa década, miles de manifestaciones de los sectores mas pobres, de las clases medias, de los movimientos estudiantiles y hasta de los sectores militares. Los dos momentos de mayor ebullición social se conocen en Venezuela como el Caracazo, rebelión popular en febrero del 89 contra las medidas económicas aplicadas durante el segundo gobierno de Pérez; y posteriormente la rebelión militar del 92. Este fue un período de aumento de precios, congelamiento de salarios y pensiones, cuando se aplicaron medidas de ayudas a los banqueros y represión policial.
Hoy, América Latina ha cambiado, hay presidentes y presidentas que se parecen a sus pueblos, que asumen políticas económicas y sociales soberanas. Ya el FMI y el Banco Mundial no mandan en nuestras casas de gobierno, mandan nuestros pueblos. Sin embargo, la vieja Europa empieza a vivir lo que ya nosotros superamos. En esa región se les recortan los salarios y pensiones a los ciudadanos, rebajan el presupuesto en salud, educación, deporte y cultura. El desempleo juvenil en España ronda el 52%. En Grecia autorizan la venta de alimentos descompuestos a un menor precio, las policías reprimen a sus pueblos y, mientras tanto, se inyecta dinero público a las cuentas de los banqueros. Vemos cómo esos países ceden su soberanía ante los mandatos del Banco Europeo, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Esos hechos me recuerdan el Caracazo. Espero que Europa no tenga que atravesar una rebelión popular o militar para darse cuenta de que el capitalismo no es el camino.
Toques técnicos
- Chávez ganó 22 de las 24 entidades federales, siete de los ocho estados gobernados por la oposición.
- Más del 80% del padrón electoral votó y la mayoría votó por el socialismo.
- La tarjeta única, sin propaganda, sacó más votos que los partidos que botaron la casa por la ventana.
- El candidato de la derecha perdió en casa y ahora tratará de conseguir su premio de consolación.
- Elías dice que Miranda no puede ser la caja chica de una aspiración personal, que nuestro estado necesita un gobernador que se dedique a Miranda.
- El pueblo obligó a la derecha a reconocer al CNE, a la Constitución Bolivariana y a la octava estrella a la bandera.
- En Grecia autorizan la venta de alimentos vencidos a un menor precio.
- En España el desempleo juvenil llega al 52%.
Héctor Rodríguez Castro
Twitter: @HectoRodriguez