Los resultados en materia de seguridad ciudadana jamás son de mediano y mucho menos de corto plazo, por el contrario, hay cambios de índole estructural que quizá nunca lleguen o que tarden muchos años y que nada tienen que ver con la represión
La gestión más larga que se ha tenido en la cartera de Interior y Justicia la ha encabezado el criminólogo Tareck El Aissami, a quien durante cuatro años le tocó, en mi opinión, el cargo más difícil que existe en este país, no sólo por el tema de la inseguridad, sino porque ese despacho siempre ha tenido excesivas y acumuladas competencias.
El Ministerio del Poder Popular para Interior y Justicia tiene entre sus competencias: la prevención del delito, registros y notarias, justicia y culto, el Sebin, el Cicpc, la Policía Nacional Bolivariana, el sistema integrado de policías como ente rector, el instituto de transporte y tránsito terrestre, fronteras, el Saime, hasta hace poco las cárceles y todo aquello que tiene que ver con la seguridad de estado y la seguridad ciudadana.
El ministro saliente tiene una característica valiosa y es su profesión como criminólogo, egresado de la Universidad de Mérida, la cual posee una de las más importantes facultades en el área. Esto le otorga no sólo una visión académica relevante del problema de la inseguridad, sino una visión integral del sistema y la obligatoriedad de enfocar el tema desde la elaboración de políticas públicas, sin perder de vista que es un factor político y que el manejo comunicacional de muchos aspectos no se hace desde la academia, sino desde la política y filosofía que profesa. Quienes somos profesionales en el área hemos aprendido a trabajar sin la política, centrándonos en la relevancia que puede tener la ciencia.
Políticas de largo plazo
Para abstraerlos del caso Venezuela y para mirar con objetividad lo que escribo, tuve la oportunidad de trabajar con el gobierno de Lula Da Silva, específicamente con su ministerio de interior, durante todo un año a través de un convenio con la ONU/PNUD; para el presidente Lula no importaba la ideología de sus asesores, sino su profesionalismo, esto fue determinante en la integración en pro de los cambios considerables de la inseguridad. En este sentido puedo enumerar algunos de los objetivos desarrollados que deja el ministro Tareck El Aissami que se convierten en fuertes retos para el nuevo Ministro Néstor Reverol, particularmente si hablamos de índices delictivos y percepción ciudadana de inseguridad, que es lo más difícil de manejar.
Los resultados en materia de seguridad ciudadana jamás son de mediano y mucho menos de corto plazo, por el contrario, hay cambios de índole estructural que quizá nunca lleguen o que tarden muchos años y que nada tienen que ver con la represión.
Los retos
1.-Estructura y personal civil y profesional: Tareck El Aissami fue el segundo ministro civil de este gobierno, el resto de los ministros, incluyendo el recién designado, han sido militares y sin menospreciar la profesión, la visión civil de la seguridad ciudadana es clave en la búsqueda de cambios estructurales. En esto ha insistido la rectora de la UNES Soraya Achkar cuando se diseñaron las bases del nuevo modelo policial con carácter civil y humanista alejado de los vicios propios de la militarización de la seguridad ciudadana como defecto latinoamericano. Pocas veces se han conseguido en este ministerio criminólogos, sociólogos, psicólogos y policías trabajando en conjunto con visión integral. Es un reto para el Ministro Reverol mantener la línea civil de los destinos de las políticas públicas y garantizar que expertos y profesionales continúen en sus cargos.
2.-Liquidación de la Policía Metropolitana y creación de la Policía Nacional Bolivariana: Un proceso que aun es complicado es el de la Policía Metropolitana. El paso fue relevante y determinante para avanzar en el diseño de una nueva policía, pero para el Ministro Reverol, será un reto culminar el ciclo y cerrarlo con el menor costo para los ex funcionarios policiales y administrativos. La creación de la Policía Nacional ha sido muy importante y es un proyecto que tenía muchos años pendiente, inclusive fue el partido Primero Justicia en el año 2000, quien propuso su creación. El reto para el ministro Reverol será alcanzar el liderazgo dentro de un cuerpo absolutamente civil que debe responder de manera real a las necesidades ciudadanas. Si la participación de la policía nacional en el despliegue que tiene en la actualidad no ataca de manera directa los altos índices delictivos estaría sometiéndose a la deslegitimación pública y por ende al fracaso.
3.-El Consejo General de Policía: Tareck El Aissami deja un consejo general de policía sólido, estructurado, funcionando y con grandes tareas pendientes. Uniformar los criterios de actuación policial, colocar como relevancia el respeto de los Derechos Humanos, establecer parámetros y tiempos de ascenso comunes e iniciar los primeros pasos de una política pública de seguridad que no sea policializada, ni militarizada es muy importante. Reverol se encontrará con muchos conflictos en la homologación y tiene el gran reto de unificar y sincerar los salarios policiales, amén de un lento proceso de depuración. Sino se hace justicia contra policías corruptos y violadores de derechos humanos de nada servirá la teoría. Los primeros pasos han sido importantes y la profundización será clave.
4.-La comisión presidencial para el desarme: Exitosa muestra de que se puede trabajar en conjunto con todos los factores y que la ciudadanía cuenta, al ser oída en sus opiniones. No sólo queda pendiente la aprobación e implementación de la Ley Desarme, sino el inicio real del desarme que contará con muchos detractores y grupos de poder interesados en que no se logre. Los ciudadanos piden desarme de delincuentes y debe puntualizarse cuáles serán las próximas acciones.
5.-La UNES: es vital haber rodeado la función policial de profesionalización. La ampliación de la UNES a los núcleos del interior, la graduación de más policías nacionales y profesionalizar bomberos y personal penitenciario es impostergable. He allí un nuevo reto
6.-La Misión a Toda Vida Venezuela que no es un plan, es una política pública que debe comenzar a desarrollarse en todos sus puntos en conjunto, eso no es sencillo, requerirá apoyo de los medios, de la empresa privada, de la sociedad civil, de la academia y de las ONGs. Pocos la entienden, muchos la critican y hay que sumar apoyo en cada uno de los vértices que se han difundido. Se la han dejado montada, ahora hay que desarrollarla fijándose metas que puedan ser cumplidas.
7.- La reestructuración del CIPC Un cuerpo policial deslegitimado por completo ante los ojos de la opinión pública. Tildado de ineficiente y señalado como partícipe de la violación de Derechos Humanos y favorecedor de la impunidad. El conflicto actual entre quienes lo reformarán por ser personal civil y funcionarios policiales de vieja data que no afrontan los cambios de paradigma no lo hará sencillo, va más allá de una reforma legal, un cambio de nombre o el aumento de presupuesto. Los cambios en el CIPC pueden fijar cambios relevantes en el proceso de administración de justicia penal.
8.-El reto mayor: el más difícil y el que debe conquistar es el de ganar la confianza de los venezolanos decepcionados de su día a día. Debe insistir en que se comprendan los logros y avances, pero contextualizarlos en tiempos reales con resultados y metas creíbles. Esto requerirá de una política comunicacional fuerte y sincera, del reconocimiento de los errores y de los problemas que no se pueden ocultar.
9.- Disminución de índices delictivos: Por encima de todo, deben disminuir los índices delictivos de manera visible y real, romper ese techo duro de 19 homicidios cada cien mil habitantes (realmente son más) que se reconocieron en la gestión anterior, es vital. Dar cifras de avances de manera permanente puede ser de gran apoyo.
Si usted es exitoso, Ministro Reverol, los venezolanos estaremos seguros. ¡Está en sus manos!
Para que te defiendas
Mónica Fernández
Twitter: @monifernandez