La aplicación de la Ley de Precios Justos ha traído más inflación y escasez
El gobierno sigue empeñado en ocultar el fracaso de sus políticas económicas y fiscales, no admite que los controles han terminado generando escasez, especulación, castigando a los más pobres y enriqueciendo a unos cuantos vivos que aprovechándose de la situación se han enriquecido con el contrabando y reventa de productos muy por encima del precio regulado. Los controles de precios son populista, es una medida insostenible. Sobran los ejemplos. No hay aceite comestible en los supermercados y los buhoneros lo venden muy por encima del precio regulado, en cualquier calle del país sin que ninguna autoridad lo impida.
No hay aceite para vehículos en los establecimientos comerciales, ni en los talleres mecánicos que dispensan el servicio de cambio, pero vaya a cualquier barrio de la ciudad para que vea como en las esquinas los informales ofrecen el litro hasta 500 por ciento por encima del precio regulado y hacen el cambio de aceite y filtro. Mientras los informales hacen de las suyas, los comercios establecidos que generan empleo y pagan impuestos están a punto de cerrar sus puertas. Así podemos enumerar como se registra la misma situación con el cemento, la cabilla, productos de limpieza, de aseo personal y de la cesta básica.
La gente anda desesperada buscando los productos regulados y se espanta cuando va a adquirir un par de zapatos porque ya no bajan de los 2 mil bolívares. Padres y representantes angustiados porque el dinero no alcanza para adquirir los uniformes y la lista escolar. Mandar a los muchachos al colegio con todo lo que necesitan amerita un esfuerzo enorme que agobia a la familia venezolana.
Los controles y la inflación han terminado devorando el mermado bolsillo del venezolano. No hay sueldo que alcance, la tarjeta de crédito que se usaba antes para darse ciertos lujos, hoy se emplea para hacer mercado y para los gastos que antes se podían asumir con el sueldo que se percibía. Los venezolanos además de la penuria que significa conseguir los productos de la cesta básica, están endeudados.
La aplicación de la Ley de Precios Justos ha traído más inflación y escasez. Los costos de producción de los pocos productos que aún se hacen en Venezuela están por encima de la regulación, lo que ha traído como consecuencia que haya menos oferta, menos variedad. Lo que padecemos día a día los venezolanos no es reconocido por el Gobierno, que se empeña en correr la arruga, como decimos coloquialmente, porque desmontar los controles, sincerar la economía les resta popularidad. Prefieren pan y circo antes que admitir que la política económica y fiscal es un verdadero fracaso.
Coordinador Nacional de GENTE “Generación Independiente”
Noel Álvarez
Twitter: @alvareznv