A solo diez días para el inicio del nuevo año escolar, Yonni Pimentel sigue ajustando los detalles de la compra de los uniformes escolares de sus hijos. Asegura que ya casi terminó sus rondas, pero entra en una tienda del boulevard de Sábana Grande y compara interesado los precios, telas y tallas de cada prenda que encuentra.
Mientras chequea la etiqueta de un pantalón de gabardina relata que, si bien lleva meses tras la pista de cada oferta en la ciudad, la llegada de las clases se transformó en todo un golpe para su bolsillo.
“Empecé a comprar las cosas desde julio para poder darle con calma y elegir sin presiones los mejores precios que iba viendo en el mercado. Aún así, todo me ha salido mucho más caro que el año pasado”. Según sus cuentas, en esta temporada ha debido invertir 50% más dinero en los uniformes escolares de sus tres hijos, en comparación con lo gastado en 2013.
Alistar a un niño venezolano para que esté “de punta en blanco” para el inicio de clases cuesta, como mínimo, 3.650 bolívares, de acuerdo con los precios de productos avistados durante un recorrido por las tiendas de Sabana Grande.
Ese monto incluiría la suma del costo promedio por unidad de una camisa o chemisse, una camiseta, un pantalón o falda de gabardina, una correa, un mono, una franela de deportes, un sweater escolar, un par de medias y un par de zapatos. Si a esto se le añade la compra del morral el monto total asciende a, al menos, Bs.4.150, lo que representa apenas Bs.101 menos que el sueldo mínimo en Venezuela, ubicado en Bs.4241.
De acuerdo con las estadísticas del censo 2011, 65% de las mujeres venezolanas tienen entre dos y tres hijos. Por lo que el costo por familias con niños y jóvenes en edad escolar se duplicaría en estos casos.
Además, Carmen Castellano, madre de dos hijos, distingue que varias de las prendas reglamentarias, como las camisas, el pantalón o las medias, suelen ser compradas en dos o tres unidades por cada infante, “para que les puedan aguantar todo el año a los muchachos”.
Los precios en Sábana Grande oscilan al nivel de cada bolsillo y presentan diferencias considerables según la marca y calidad de las prendas. Por ejemplo, un par de zapatos escolares negros para niña pueden variar en una misma tienda entre Bs.500 y Bs.2.200, y una camisa escolar blanca puede se puede encontrar desde Bs.250 hasta Bs.700.
Telas más caras
Yolanda Pino recorre el boulevard anotando en su libreta los precios que ve en cada vidriera. Es costurera y desde hace 14 años aprovecha esta época del año para vender uniformes escolares a sus vecinos. Esta mujer, oriunda de Guayana, viaja en cada temporada hasta Caracas para hacer las compras de las telas que utiliza en sus labores.
Aunque se muestra asombrada por las cifras que lee en cada etiqueta, comenta que ella misma ha percibido el aumento de los precios en la materia prima para elaborar las prendas. El ejemplo más claro, relata, se encuentra en al tela tipo chemisse.
De cuerdo con sus reportes, para agosto de 2013 el kilo de esta tela (que representa dos metros y medio del material) se podía adquirir a Bs.250 en las textilerías del centro de Caracas, mientras que este año le ha sido ofrecida en Bs.650; es decir, con 61% de aumento.
Carlos García, padre unos morochos que cursan el 3er grado del ciclo básico, dice que el aumento de los precios afecta en mayor medida a quienes tienen varios hijos. Asegura estar “acostumbrado a pagar el doble por todo desde que nacieron los muchachos”, pero lamenta que cada vez se le hace más difícil: “son gastos que tienes que hacer aunque no quieras. No puedes dejar a los chamos sin uniformes, así que lo que le toca a uno como padre venezolano es ajustarse, sacar cuentas y apretar ese bolsillo”.
Con información de Globovisión