Tras la negativa del antiguo consejo comunal de entregar la gestión a los nuevos voceros, y las trabas gubernamentales colocadas a las nuevas autoridades vecinales, electas el pasado mes de julio, por retaliación política. Los vecinos de la urbanización St Omero decidieron activar otros mecanismos dispuestos en la Ley de Consejos Comunales.
Amparados en el artículo 20, de la mencionada norma, el pasado 19 de agosto, los vecinos del la reseñada comunidad altomirandina efectuaron una Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas; considerada por la legislación como la máxima instancia de deliberación y decisión en materia comunal, siendo sus decisiones de carácter vinculante para el consejo comunal.
En dicha Asamblea, la mayoría de los asistentes aprobó la toma pacífica del modulo vecinal de la Asociación de la Urbanización St Omero (Asourso) para ser utilizado por los nuevos voceros como centro de trabajo. En vista de que la antigua gestión se niega a entregar las llaves de éste recinto, así como de otros espacios vecinales, incluyendo la casa comunal del Consejo “Teresa De la Parra”.
La medida se ejecutó el fin de semana, cuando el nuevo Consejo Comunal, acompañado de un grupo de vecinos, concretó la toma del referido modulo, el cual entró en desuso tras la construcción de la casa comunal. Luego de vulnerar el candado, los vecinos procedieron a levantar un acta, enumerando los objetos encontrados en el inmueble, así como hicieron constar el fuerte deterioro de las instalaciones, visiblemente sucias e invadidas por la maleza.
La toma del recinto no escapó de la pugna vecinal. Al lugar se apersonaron voceros del oficialismo, quienes increparon a los vecinos que respaldaron la medida. Tras el intercambio de palabras, los representantes del Consejo Comunal aclararon que la medida viene en respuesta a la discriminación política, ya que se les niega el acceso a la casa comunal por no ser “revolucionarios”, motivando a los vecinos a rescatar un espacio, para usos sociales y comunitarios, sin distingo de posiciones partidistas.
Para la vocera Rina Díaz, la negativa de Fundacomunal de inscribir a las nuevas autoridades, por retaliación política, lejos de calmar los ánimos, ha llevado a la comunidad a movilizarse y tomar medidas que buscan el respeto de la voluntad de las mayorías, expresada en las pasadas elecciones vecinales.
Gabriel Balbás