Los captores de la joven Niurmar Guillén estaban exigiendo la cantidad de 3 mil bolívares para liberarla, no obstante, debido al cerco policial, sus captores la dejaron en una zona montañosa de la carretera Colonia Mendoza-Cúa en la mañana de ayer
Sólo una arepa rellena con caraotas y dos vasos de agua consumió la joven Niurmar Guillén Perea (26), durante su cautiverio, el cual se prolongó por unas 48 horas. La muchacha fue raptada a las 6:15 de la mañana del pasado martes, junto a su padre, Marcos Guillén, en las puertas de la empresa Fuveca, ubicada en la carretera Ocumare-Yare, municipio Simón Bolívar, tal como lo informamos ayer.
Debido al cerco policial, Guillén Perea fue dejada en libertad en una zona montañosa de la carretera Colonia Mendoza-Cúa, la madrugada de ayer. Esperó que saliera la luz del sol para llegar a la vía principal, donde solicitó orientación a los lugareños. Arribó a una parada de pasajeros y le pidió la cola al conductor de un bus que la trasladó hasta la entrada de la urbanización donde vive en Cúa; ahí un vecino la reconoció y la llevó a su casa, donde fue recibida por uno de sus tíos.
Dejó rastros…
En rueda de prensa ofrecida en la sede del Grupo Antiextorsión y Secuestro de la Guardia Nacional, con sede en Yare, la joven contó que cuando era llevada al sitio donde la mantuvieron en cautiverio lanzó por una ventana del carro, sus zarcillos, un dije y otras prendas para dejar rastros de la ruta que habían tomado sus captores.
“Me trataron bien, aunque pensé que me matarían. Sólo comí una arepa con caraotas y tomé dos vasos de agua. Ellos (los captores), hablaban entre sí; echaban cuentos y chistes. Siempre los llamaba el intermediario, para saber de mí”, narró la licenciada en Ciencias Fiscales, quien sólo presentó un hematoma en el brazo izquierdo que sufrió cuando era raptada.
Los hechos…
Como se recordará, la muchacha y su progenitor fueron sometidos por cuatro sujetos, quienes se hicieron pasar como funcionarios policiales. Los mismos vestían pantalón y camisas manga larga. En ese momento Guillén, quien no posee bienes de fortuna y trabaja en el área de administración de la empresa Fuveca, fue separado de su hija. Los sujetos iniciaron una trifulca con éste, en la cual intervino la joven; situación que aprovecharon los delincuentes para tomarla a la fuerza e introducirla en un vehículo rústico Toyota, blanco, Chasis Largo, perteneciente a la Red de Alimentos Estatal, Pdval, para luego llevarla a una zona montañosa del sector Anguina de Colonia Mendoza en Ocumare del Tuy, donde permaneció durante el secuestro, mientras que a su progenitor lo dejaron libre en un tramo de la vía Yare-Ocumare, no sin antes advertirle que debía pagar rescate por la liberación de su descendiente, quien es sobrina de un Fiscal del Ministerio Público.
A la víctima la mantuvieron entre un rancho, una casa y un espacio al aire libre. Siempre estuvo con el rostro cubierto con una capucha, según declararon en rueda de prensa el Coronel, Carlos Manuel Vivas, Jefe del estado Mayor del Conas y el Teniente Coronel, Gerson Medina, comandante del Grupo Antiextorsión y Secuestro de la Guardia Nacional (Gaes), en el estado Miranda, quienes revelaron que fueron detenidos por el caso el funcionario del Sebin, Eduardo José Molina Flores (31), quien tenía un revólver calibre 38, con los seriales limados, Nathy Padilla Ceballos Salvador (27), Héctor José Gámez Hernández (21), Cherest Eusebio Peña Gamarra (26), Júnior Nova González (26) y Carlos Augusto Guayapero Arias (38), quien es trabajador de la Red Pdval y conductor del rústico utilizado para el rapto. Estos hombres fueron apresados en los sectores La Aguada en Yare y Ciudad Betania II, La Vaquita del 23 de Enero y la plaza del Estudiante en Ocumare del Tuy.
Los declarantes, quienes estaban acompañados del Coordinador de la Unidad Antiextorsión y Secuestro del Ministerio Público, Carlos Armarza, puntualizaron que actualmente buscan a Luis Guillermo Peña Gamarra (30), señalado como líder de la banda. Es apodado “Luisito”. También rastrean a los dos pillos que cuidaban a la joven raptada.
No hubo pago
Los oficiales informaron que los antisociales estaban exigiendo 3 mil bolívares para liberar a la joven. Luego, en una tercera llamada, solicitaron mil Bs. Los hombres dieron una fe de vida al padre de la secuestrada para lograr el pago que nunca se concretó.
MIP-TUY Agencia/Jean Carlos Rodríguez
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