“Es una inmoralidad del presidente Nicolás Maduro mentir como lo hizo durante su intervención en la Organización de Naciones Unidas en relación al tema ambiental en Venezuela, al decir que se tiene un Gobierno preocupado por la ecología. Si fuesen ecosocialistas, como afirmó, no hubiesen eliminado el Ministerio de Ambiente”.
Así lo dijo la diputada al Consejo Legislativo del Estado Miranda, Clara Mirabal, quien puso en evidencia al régimen al resaltar que la unificación del Ministerio de Ambiente con el de Vivienda y Habitad, justifica la destrucción de pulmones vegetales para construir urbanismos en todo el país, así como la instalación de cementeras en diversas zonas urbanas de Caracas que expelen sustancias nocivas para la salud de habitantes que viven en las zonas que los rodean.
“Con que moral puede el presidente pararse ante el mundo a acusar a otros países de contaminadores y destructores del ambiente, cuando la nueva PDVSA se ha convertid, producto de la ineficiencia y la falta de medidas de seguridad, en el mayor contaminante de nuestros ríos y otros cuerpos de agua, como el lago de Maracaibo, producto de los repetidos derrames y fugas de petróleo”.
De la misma forma, sistemas como el Metro de Los Teques deterioran furtivamente espacios que otrora habían convertido a los Altos Mirandinos en un espacio de clima ideal.
“Desde invasiones en el Parque Henri Pittier, hasta el olvido del Embalse La Mariposa , son algunos de los ejemplos, entre cientos, de que aquí no se respeta al medio ambiente de ninguna manera. Es posible hacer viviendas, construir subterráneos y hacer cualquier cosa importante en términos de infraestructura sin que se acabe con el ecosistema que los rodea, solo hace falta voluntad, conocimiento y respeto a la vida de nuestros hijos. Elementos que este régimen no tiene”, precisó.
A su juicio, el mundo debe protestar por igual las emisiones de gases en China, que hoy en día son las más altas del mundo, las de Estados Unidos, Europa, Venezuela y cualquiera que ponga en peligro la sana existencia de quienes vienen a disfrutar del planeta después de nosotros.