El joven fallecido tenía más de 5 años haciendo carreras con su carro para mantener a su familia y a sus dos hijos
Juan Gómez, padre de Adalberto Gómez, de 34 años de edad, taxista ultimado por la banda que también mató al comerciante José Enrique Maia, dijo que a su hijo no lo mataron a tiros sino a golpes. Luego fue enterrado en un terreno de Gramoven, en Catia, donde los criminales desaparecían a sus víctimas.
Contó que la última persona que vio a su hijo con vida fue la suegra del muchacho, cuando el taxista le llevó a una de nietas para que la cuidara, en el kilómetro 3 de la vía El Junquito, a las 10:00 de la mañana del 12 de septiembre.
Entre las 2:00 y 3:00 de la tarde habló por teléfono con su esposa, luego entre 7:00 y 8:00 pm por pin con ella misma quien le preguntó la hora en que llegaría. Media hora más tarde la mujer le volvió a escribir, pero su pareja no recibía los mensajes.
El padre de la víctima dijo que en ningún momento llamaron a pedir rescate. Con respecto al caso, dijo que como taxista siempre estás expuesto a que te roben pero nunca imaginó tener que encontrar a su hijo en esas condiciones.
El joven fallecido tenía más de 5 años haciendo carreras con su carro para mantener a su familia y a sus dos hijos.