El riesgo para las Américas aún es bajo, pero debemos estar preparados porque la anticipación es lo más importante», dijo Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles de la Organización Panamericana de la Salud
Aldo Gamboa / AFP
Los riesgos de llegada del virus de ébola a América Latina aún son bajos, pero es necesario reforzar la capacidad de reacción de los países de la región para esa eventualidad, dijo a la AFP Marcos Espinal, especialista de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Esta semana, líderes de todo el mundo llamaron a contener la epidemia en África Occidental, que forzó a Sierra Leona a poner en cuarentena a un millón de personas. Pero aunque América Latina esté lejos del lugar del brote, esto no quiere decir que deba bajar la guardia.
«La región está bastante avanzada en los preparativos; no tenemos casos importados todavía, lo que es un buen signo. El riesgo para las Américas aún es bajo, pero debemos estar preparados porque la anticipación es lo más importante», dijo Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles de la OPS.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en caso de que no se refuercen las medidas de control en África occidental, la actual epidemia de ébola podría afectar a más de 20.000 personas ya en el mes de noviembre.
Para Espinal, los países latinoamericanos «siguen las recomendaciones que constan en el Reglamento Sanitario Internacional» y que delinean las medidas fundamentales de control, cuyo primer pase es al mismo tiempo simple y eficiente: información en los puertos de entrada.
«Una directora me llamó por teléfono hace unos días para decir que estaba en un aeropuerto en Ecuador y tenía delante un cartel enorme y bien explicado sobre el virus. Una medida tan simple como esa es formidable», dijo.
Casi 3 mil muertes en África
El segundo paso que Espinal consideró fundamental es la disponibilidad de unidades de aislamiento para tratamiento de casos sospechosos. El tercer paso es la capacitación de equipos de salud capaces de investigar contactos o casos sospechosos, y el cuarto es la información pública.
De esos pasos, apuntó Espinal, el segundo es el más difícil ya que implica un mayor uso de recursos.
«Hay países en las Américas que están avanzados, pero otros tienen menores recursos y necesitan de ayuda. Brasil ya tiene unidades de aislamiento, Chile también, pero estamos concentrándonos en los países que precisan atención prioritaria», señaló.
Para esos países, añadió, la OMS «tiene almacenes en Panamá donde estamos acumulando equipos de protección y tiendas especiales para atención», como forma de contribuir a la capacitación de control.
«Lo importante es que los países tengan sus unidades de aislamiento preparadas, y allí es donde debemos acelerar un poco más», dijo Espinal a la AFP.
La fiebre hemorrágica altamente contagiosa ya mató a 2.917 personas de 6.263 casos en África occidental, según el último balance de la OMS, del 21 de septiembre.
La distancia es la ventaja
En opinión del experto, una de las ventajas que América Latina tiene en sus preparativos para evitar la llegada del virus de ébola es la distancia de los centros originarios de la epidemia.
«Es muy difícil que un enfermo pueda llegar porque los síntomas y signos son muy fuertes y serán detectados ya en el puerto de salida. Será muy difícil que tome un vuelo de 10 horas porque será detectado», dijo.
El caso más preocupante sería el de una persona que está incubando el virus y pase a tener los síntomas ya en un país de América Latina.
«No se descarta que llegue un turista y que comience a desarrollar signos y síntomas en el hotel o en la playa», señaló.
Sin embargo, destacó que «no se ha demostrado que el ébola se transmite si la persona no tiene signos y síntomas. Es decir, sólo se transmite cuando los signos ya están visibles».
Con relación a la dimensión de la actual epidemia, Espinal no expresó dudas de que el número real de personas contaminadas sea superior al de casos registrados.
Cubanos en Sierra Leona
La clave para explicar la disparidad, agregó, está en la «debilidad de los sistemas de salud de los países afectados y también en la debilidad de los sistemas de información».
Por esa razón, agregó, es necesario capacitar a los países «y garantizar que la cooperación siga llegando a los países afectados».
En este sentido Espinal saludó el envío de un equipo de especialistas cubanos a Sierra Leona.
«Tenemos una misión en Cuba trabajando con las autoridades cubanas para asegurarnos que todo el personal que está en Sierra Leona está totalmente capacitado, con la mejor protección posible», dijo el experto