Con un despliegue masivo y creciente, los millares de manifestantes prodemocracia de Hong Kong mantenían este lunes su desafío al gobierno chino, al que reclaman mayores libertades políticas.
La campaña de desobediencia civil en curso desde hace semanas en la ex colonia británica se intensificó de forma espectacular este fin de semana, y se ha convertido en el episodio de violencia urbana más grave desde que el territorio fue devuelto a China en 1997.
Hasta altas horas de la noche del domingo, la policía lanzó numerosas salvas de gases lacrimógenos (87 en nueve puntos diferentes, según precisó) y gas pimienta para dispersar a los manifestantes, dando lugar a escenas de caos en las calles muy inusuales en Hong Kong.
En un aparente gesto de apaciguamiento, el gobierno local anunció la retirada de la policía antidisturbios, y pidió a cambio a los manifestantes “que liberen las calles ocupadas lo antes posible, para dejar paso a los vehículos de emergencia y restablecer los servicios de transporte público”.
Sin embargo, con el paso de las horas, el número de manifestantes aumentaba en las calles, y en las últimas horas de la tarde de este lunes unos 20.000 de ellos estaban concentrados en el barrio de Admiralty, cerca de la sede del gobierno.
Vía EFE