En el curso de las pesquisas adelantadas por la División de Homicidios del Cicpc, interrogan a personas que pertenecieron al círculo social, laboral y familiar del diputado Robert Serra y su asistente, María Herrera, con la finalidad de obtener pistas que identifiquen a alguien que haya sostenido problemas con alguna de las víctimas, y si estas habían recibido amenazas.
En la primera inspección realizada la noche del miércoles en la residencia de Serra en La Pastora observaron las cámaras de seguridad interna, pero no hallaron los videos grabados. Presumen que los homicidas se los llevaron. Al día siguiente los funcionarios regresaron al escenario del crimen, revisaron en los alrededores de la casa y entrevistaron a los vecinos en busca cámaras de seguridad externas que pudieran haber captado la llegada de los homicidas. Extraoficialmente se conoció que los investigadores del Cicpc tienen una pista para llegar a los autores del doble asesinato, y que al menos seis personas estuvieron rindiendo declaraciones en la sede de la policía científica en la avenida Urdaneta. Buscan entre ellos a testigos referenciales, personas que tengan conocimiento a través de terceros, de lo que ocurrió y sus autores. Los homicidas sabían que había armas en el inmueble, y conocían la hora en que llegó Serra, quedándose solo sin escoltas. Las autoridades se han enfocado en indagar el entorno en el cual se movían Serra y su asistente, sus amistades frecuentes, quienes visitaban la casa, y trascendió que en la residencia celebraban ciertos ritos.
Debido al ensañamiento con que fueron atacados y especialmente la forma tan brutal conque acuchillaron al parlamentario, no descartan que hubiera algún tipo de venganza. Los homicidas actuaron confiados, ingresaron con facilidad al inmueble, a pesar de que el diputado solía contar con escoltas.
También investigan versiones según las cuales en la casa celebraban un rito mensual denominado “la caja del muerto” que consistiría en una ceremonia, se hacían consultas espirituales y tocaban el cráneo de un muerto. Las víctimas practicaban la santería y María Herrera además de asistente era ahijada de Serra.
La noche del miércoles, tras difundirse la noticia de que Serra y su asistente habían sido asesinados, se movilizaron unos grupos armados en La Pastora, e incursionaron en varias viviendas, presumiendo que los homicidas estuvieran escondidos en la misma parroquia.
En los laboratorios del Cicpcprocesan rastros dactilares y otras evidencias colectadas en la vivienda para identificar a los homicidas.
AA