Para Javier Gorriño, ex funcionario de la antigua PTJ, abogado y criminólogo, ganador de cangrejos de oro y plata por varios casos resueltos en la División Contra Homicidios, la muerte del diputado Robert Serra y su asistente, María Herrera, no tiene tinte político.
Al ser consulado en torno a los anuncios de funcionarios del gobierno en cuanto a autoría intelectual en este caso, dijo que adelantar opinión con respecto a los responsables y el móvil es negativo para la investigación, porque cuando se conozca la verdad de lo ocurrido nadie lo va a creer o despertará dudas en torno a la verdad. “Después la gente no sabe que pensar. Eso crea suspicacia”, añadió.
Recordó que en el caso de la muerte de Eliézer Otaiza, JVR dijo que lo habían secuestrado y entregado en manos de la banda que lo mató. “Estamos hablando de quien ocupó cargos en el Gobierno, no es cualquier cosa. Eso es peligroso para la credibilidad de la investigación”.
Gorriño desestimó el móvil político en el crimen de Serra. “No tiene esas características, ni siquiera característica de sicariato”. Indicó que es más fácil sorprender a alguien en la calle que ir a su casa para cometer un crimen por encargo.
Por su experiencia en la solución de homicidios, indicó que muchas veces es difícil llegar a los autores materiales, mucho más difícil es identificar a los autores intelectuales y aún es más difícil probarlo.
Manifestó que los autores del doble homicidio eran gente conocida de las víctimas y que en la santería hay un mundo de cosas.
AA