En las mesas improvisadas de los mercados de Petare y Quinta Crespo, se pueden encontrar todos los productos de primera necesidad que están escasos, sin embargo los precios “son ajustados” excediendo el valor que rige la Sundde.
Para Yamiris Muro, vendedora, “lo único que hago es recorrer, comprar y vender a un precio accesible. Lo único que hacemos es hacer colas en supermercado para ayudar a las personas que no lo pueden hacer y ajustamos precios para venderlos”.
En el puesto de Jesús Pineda, se ofrece champú, jabón de baño, lavaplatos, gel para el cabellos, desodorante, detergente, entre muchos otros, cuya adquisición en abastos y supermercados cada vez se torna más difícil.
Tres veces más caros
Aunque el precio del azúcar fue aumentado hace poco a 18 bolívares el kilo, los vendedores informales lo tienen en 45 bolívares. Por la harina PAN los clientes pagan entre 40 y 45 bolívares, cuando su precio regulado es de 22 bolívares. El kilo de café se consigue en 90 bolívares, aunque está regulado en 46,6 bolívares, el aceite de un litro regulado en 30 bolívares lo comercializan en 90 bolívares.
Tan sólo un paquete de pañales marca Huggies son vendidos en 350 bolívares, una lata de leche en polvo que paso 36,44 a 73 bolívares se encuentra en 380 bolívares, mientras que productos como la acetona y el desodorante exceden los 80 bolívares.
Descontento
“A los buhoneros deberían obligarlos a vender también a precios justos y si incumplen que los metan presos. Ellos especulan cuando cobran los productos al doble o el triple de su precio. Que los traten igual que a los empresarios”, expresó Ana Molina, consumidora que recorría los puestos instalados frente a la estación Petare en busca de leche para su hijo.
El descontento se observó en algunos clientes que consultaban los precios de los alimentos de la cesta básica que los buhoneros exhiben sin reserva en sus mesas, “los precios son carísimos y la necesidad a veces obliga, y eso es lo que pasa que los vendedores se aprovechan de la necesidad de la gente. Como es posible que por un paquete de pañales se tenga que pagar 350 y por una lata de leche para bebés se pague hasta 500 bolívares”, manifestó Vladimir Campo.
Rentable
Antonio Pérez, otro vendedor informal, indicó que la mercancía que vende en su puesto la compra a los comerciantes chinos de Catia o a los muchachos que se la revenden. “Ellos pasan horas haciendo cola en Mercal o el Bicentenario, ese es su trabajo y hay que pagarlo. El que quiera los productos que pague porque tenemos precios rentables”.
Por ahora en los comercios informales de Petare los productos de aseo personal abundan en diferentes marcas y presentaciones. En el puesto de Mariana Garzón, el desodorante de 16 bolívares lo venden entre 30 y 35 bolívares, y disponen de varias fragancias, y hasta tienen en barra o gel. El champú lo comercializan en un precio que va de 65 a 120 bolívares, mientras que en los comercios formales cuesta 36 bolívares. “Hago entre 1.300 y 1.500 bolívares diarios porque tengo champú, jabón y el desodorante que la gente busca”
Shirley Zambrano