Ángel Manuel Arocha, comerciante de 45 años de edad, fue hallado sin vida este lunes en el interior de su vivienda, en el barrio Nuevo Horizonte de Catia. Tenía múltiples puñaladas en el cuerpo y estaba en estado de descomposición.
El cadáver de la víctima estaba desnudo, con una sábana encima y tendido en el piso de su vivienda, cuando comisiones policiales ingresaron a la casa, tras reventar la cerradura de la puerta en horas de la mañana.
Arocha vivía solo y tenía un puesto de venta de frutas bajo el puente del distrbuidor La Araña, en San Martín. Allí fue visto por última vez con vida a las 3:00 de la tarde del sábado cuando le dijo a su ayudante que se encargara de cerrar el negocio porque llovia mucho y él tenía que ir a cobrar un dinero en Catia.
El joven que lo ayudaba en la venta le entregó BsF. 5 mil que había hecho de ganancia por el día y Arocha se marchó. Extrañamente el domingo no se comunicó con el ayudante y el lunes no apareció, por lo que el muchacho decidió llamar a la familia del hombre.
Karelys Valdez, ex pareja del comerciante contó ayer en la morgue que habían vivido con el frutero en la vivienda de Nuevo Horizonte, pero estaban separados. El hombre tenía debilidad por las parrandas y en especial por las mujeres. No en vano dejó siete hijos de distintas parejas.
Conociendo su conducta fiestera, la familia pensó que tal vez se habría embriagado al punto de no poder salir a trabajar, por lo que decidieron ir a buscarlo. En la vivienda todo parecía normal, aunque nadie respondía. Intentaron abrir con la llave pero alguien había dejado otra pegada por dentro.
Como último recursos, decidieron romper el vidrio de una ventana y fue cuando percibieron el olor putrefacto y entonces temieron que algo malo había sucedido, por lo que prefirieron llamar a la policía y fueron los uniformados quienes ingresaron tras violentar la puerta.
Vecinos aseguraron haber percibido el hedor, pero lo atribuyeron a los residuos descompuestos en la basura. A las 10.00 de la noche del sábado, vieron salir a dos mujeres de la casa con un cuchillo en mano, pero nunca imaginaron la desgracia.
Los testigos no pudieron verles el rostro, porque las presuntas homicidas rompieron el bombillo que alumbra las escaleras que conducen a la entrada. Para salir abrieron la puerta con una llave que dejaron pegada y forzaron la reja que conduce a la calle.
Rocha era el menor de dos hermanos y su madre que vive en los Estados Unidos, viajó ayer a Caracas para rendirle sepultura. Aunque el cadáver está descompuesto, la mujer aseguró que aún así velara y enterrara a su hijo, primero en una funeraria de Catia donde creció y nació, para llevarlo a Cartanal, en Miranda, donde será inhumado.
Las autoridades del Cicpc investigan el crimen. No descartan que el hombre haya llevado a su vivienda a las mujeres que le quitaron la vida y el dinero que tenía
AA.