El aparato institucional de la democracia se tambalea, hay una crisis general de confianza. Cuando fallan las ficciones verdaderas que sustentan un sistema, es fácil predecir su desmoronamiento. Raffaele Simone
Eres tu responsable de tu pobreza? Si te esforzaras más no lo serías? Si en lugar de holgazanear hubieras estudiado o te dedicaras a capacitarte no producirías más? ¿No vivirías mejor ?
Caben preguntas para racionalmente explicarnos porque somos lo que somos y si es justo que seamos así pero, como dijimos la semana pasada, algunos estudiosos especulan que estriba en cada cual la causa de la pobreza o del fracaso y otros piensan que el medio ambiente, el entorno familiar y social, constituyen un agente modelador fundamental de nuestras vidas.
Los ejemplos sacados de la experiencia de otros no resuelven el asunto. Todos conocemos a quienes en la familia, el colegio, la universidad surgieron de la nada y coronaron carreras exitosas y también sabemos de aquellos que teniendo un marco favorable de familias bien constituidas y afortunadas apenas lograron un modestísimo plano social y económico.
Doctrinariamente se lee: Young denuncia el giro abismal que se ha producido en la forma de entender y enfrentar la pobreza. Según el nuevo paradigma comprensivo que surge en el discurso político a finales de los años ochenta del siglo pasado en Estados Unidos y se extiende a los estados de bienestar europeos, se considera que las causas principales de la pobreza no son sociales, sino personales; es decir que esta tiene su origen en la conducta y en los atributos de los pobres. Así, se alega que los segmentos sociales que tienden a la pobreza no se responsabilizan de su vida como los miembros de otros grupos, y que muy a menudo adoptan una conducta que se aparta de la norma o que es autodestructiva. De acuerdo con este razonamiento, los programas de ayuda estatal no harían sino empeorar el problema al permitir que estos segmentos marginados esperen ayudas por las que no hacen nada en compensación. Ante la consolidación de esta perspectiva, Young (2011: 47) analiza y cuestiona los argumentos que sostienen el paradigma de la responsabilidad personal que han servido de fundamento de las políticas sociales actuales en todo el mundo, y defiende recuperar el entendimiento de la pobreza y el desfavorecimiento en términos estructurales.(1)
Iris Marion Young abordó la temática de diversas maneras y en distintos momentos temáticos concluyendo en reconocer al entorno y medio ambiente la primera causa de la pobreza pero otros no lo ven de esa forma y siguen señalando y advirtiendo en cada cual, el cultor de su propio destino.
Que se trate de Mead o Dworkin por citar a algunos de los teóricos que sostienen que la pobreza es un asunto del que cada cual es responsable o paralelamente que no lo es por si sino por el entorno, lo cierto es que debemos encarar seriamente sus causas y comprometernos en una batalla que no podemos perder. En Venezuela nos extraviamos porque no fuimos capaces de entender el lenguaje de la pobreza y dimos cabida al de la demagogia que acabo de enfermar la democracia al extremo de perdernos en los abismos del odio y la amargura.
Próximamente abordaremos el tema en cuanto a lo que sentimos debe hacerse.
Nelson Chitty La Roche
@nchittylaroche