La postura de la presidente Cristina Fernández entristeció a los marineros jóvenes de la fragata Libertad, quienes esperaban navegar de regreso a Sudamérica
ACCRA, Ghana. Más de 280 tripulantes de la fragata argentina Libertad viajaban de regreso a su país desde Africa el miércoles en medio de frustración luego que la presidenta Cristina Fernández se negó a negociar la liberación del barco.
«Se podrán quedar con la fragata, pero con la libertad, la soberanía y la dignidad de este país no se va a quedar ningún fondo buitre ni nadie», dijo la mandataria.
La postura de Fernández entristeció a los marineros jóvenes de la fragata, quienes esperaban navegar de regreso a Sudamérica.
«Ella no navegó en este barco y no sabe lo que se siente», dijo Ivana González, miembro de la tripulación, a un reportero del diario argentino La Nación en Ghana antes de volar a casa.
«Me parece que patriotismo es querer recuperar como sea algo nuestro. Me siento patriota no dejando algo que me pertenece, sino agotando hasta la última posibilidad para recuperarlo», agregó.
La embarcación estaba atracada en un puerto de las afueras de la capital ghanesa desde el 2 de octubre luego que inversionistas persuadieron a un juez a detener la fragata como garantía de deudas no pagadas por Argentina.
Debido a que cualquier otro bien del gobierno argentino enviado a recoger a los cadetes podría ser también decomisado, el gobierno de Fernández se vio obligado a fletar un vuelo especial de Air France para llevar a los jóvenes marinos de regreso a su país, entre los que también se encuentran civiles de media decena de otros países sudamericanos.
El caso fue presentado por NML Capital Ltd., una filial del fondo Elliott Capital Management del multimillonario Paul Singer, que ha exigido el pago total más intereses por sus acciones por 100.000 millones de dólares en bonos que Argentina no pagó hace una década.
La gran mayoría de los obligacionistas eventualmente acordaron pagos de 30 centavos por dólar, pero Singer los mantuvo en espera y se ha convertido en el peor enemigo de Argentina al presentar demandas en todo el mundo para embargar bienes muebles del país.
NML Capital dijo a un juez ghanés que la fragata de tres mástiles podría ser liberada en cuanto Argentina pague una fianza de 20 millones de dólares, que a cambio perdería para cumplir con fallos de una corte en Estados Unidos. En vez de eso, Fernández envió a ministros a Ghana y a Naciones Unidas en un fallido intento por persuadir al gobierno ghanés de anular la orden del juez.
El capitán del buque y una tripulación mínima permanecerán para mantener la fragata en el puerto.
Francis Kokutse / AP