Los mexicanos salieron airosos y aplaudidos de su participación en la gran fiesta de la música latina.
Tal como sucede en los Oscars o en los Emmys, la conducción del Grammy Latino siempre ha generado comentarios de todo tipo…
Exceptuando la última participación de Ellen DeGeneres en los premios de la Academia del cine, pocos son los que han salido airosos de tan ardua tarea.
Conducir inequívocamente una ceremonia que millones de personas con culturas y gustos muy variados ven a través de la televisión no es, ni de cerca, una tarea fácil, pero Eugenio Derbez y Jacqueline Bracamontes hicieron un trabajo sobresaliente durante la edición número 15 de los Grammy Latinos.
Desde que se anunció al actor mexicano como maestro de ceremonia, supimos que el show sería muy divertido, y no nos equivocamos. Y, cuando se supo que la conductora de La Voz México haría mancuerna con Derbez, confirmamos que además de mucho humor, habría elegancia, frescura y serenidad en perfectas dosis.
El protagonista de No se aceptan devoluciones comenzó su labor felicitando las palabras de Barack Obama, quien se dirigió a su población para hablar de las políticas migratorias que tomaría. Rápidamente Eugenio dejó la seriedad a un lado y comenzó con una seguidilla de chistes que hicieron reír sonoramente a la audiencia presente en la arena del Hotel MGM de Las Vegas.
Derbez sacó a relucir su lado más ácido pidiendo disculpas por no haber saludado a algunas chicas presentes, a las que supuestamente no reconocía porque se veían muy distintas que en sus videos o fotos de las redes sociales, ironizando acerca del photoshop y las cirugías plásticas. De inmediato presentó a Bracamontes quien, deslumbrando con varios vestidos confeccionados por Nicolás Felizola, acompañó perfectamente el humor de Eugenio, complementando sus chistes como toda una actriz humorísticas.E!Latino