Es lamentable que se siga practicando tortura en la mayoría de los países del mundo, como es el caso de Venezuela, donde esas malas prácticas policiales se aplican desde tiempos remotos hasta nuestros días
Gabriela Buada Blondell
Tenemos una Ley contra la tortura y todavía nos esteramos de actos terribles e ilegales que muchas veces son cometidos por funcionarias o funcionarios policiales o militares; y mientras, cualquier cosa, se nos viene a la cabeza cuando escuchamos hablar de esto, no lo relacionamos con actos de tortura.
Pero, ¿sabemos que en realidad la tortura es una violación a los derechos humanos y está estrictamente prohibida por las leyes internacionales? ¿Sabemos que el uso de la tortura ataca el mismo centro de las libertades civiles y políticas y que este fue uno de los primeros temas tratados por las Naciones Unidas (ONU) en su desarrollo de estándares de derechos humanos?
Es lamentable que se siga practicando tortura en la mayoría de los países del mundo, como es el caso de Venezuela, donde esas malas prácticas policiales se aplican desde tiempos remotos hasta nuestros días.
Pero… ¿qué es la tortura?
En la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes la tortura se define como:
«La Tortura es una violación seria de los derechos humanos, y estrictamente condenada por el derecho internacional, particularmente por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, artículo 5, el cual afirma que «Nadie será sujeto a tortura o a cualquier otro tratamiento degradante, inhumano o castigo.»
Para asegurar la protección de todas las personas ante estos abusos, las Naciones Unidas ha desarrollado por muchos años algunos estándares universalmente aplicables. La Convención para la eliminación de la Tortura… fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1984, junto con muchas otras Convenciones, Declaraciones y Resoluciones adoptadas por la comunidad internacional, dicha Convención claramente señala que no hay excepción para la prohibición contra la tortura…
La Convención… no solamente especifica que los Estados signatarios prohibirán la tortura en sus legislaciones nacionales, pero también denota explícitamente que no existe una orden superior o circunstancia excepcional para invocar la justificación de los actos de tortura.
Y tal vez leamos muchas veces, cosas que creemos conocer pero la realidad es que cuando las vivimos de cerca, no nos atrevemos a reconocer. Aun cuando vemos que algún conocido, conocida o familiar atraviesa una de estas terribles experiencias.
Así de cruda es la realidad
Es importante tener en cuenta que el término tortura incluye una variedad de métodos: palizas severas, shock eléctrico, abuso sexual y violación, confinamiento solitario prolongado, trabajos duros, casi-ahogamientos, casi-sofocación, mutilación y colgamientos por periodos prolongados.
No existe una lista definida que detalle las acciones que están prohibidas, pero la legislación internacional ha dejado claro que la tortura es «un trato cruel, inhumano o degradante».
¿Y en Venezuela con
qué se come eso?
Tenemos una Ley vigente desde el pasado 22 de julio del año 2013 en la que se prohíbe los tratos crueles y degradantes y fue establecida con el objeto de regular la prevención, tipificación y sanción de los delitos de este tipo. Pero, en la actualidad se conoce la existencia de denuncias de tortura en el país.
En la Ley Especial Para Prevenir y Sancionar la Tortura y Otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes está expreso en su artículo 1 que:
La presente Ley tiene por objeto la prevención, tipificación, sanción de los delitos de tortura y otros tratos crueles,, inhumanos o degradantes, así como la reparación del daño a las personas que hayan sido víctimas de estos delitos, promoviendo la participación protagónica de los ciudadanos y ciudadanas a través de las instancias y organizaciones del Poder Popular, organizaciones sociales y organizaciones de víctimas de estos delitos, en corresponsabilidad con los órganos y entes del Poder Público competentes, en la protección y defensa de los derechos humanos.
Es por esto, que no se trata de abogar por unos o por otros. Se trata de que la ciudadanía tome conciencia de la importancia de la denuncia. Son muchos los casos que no se denuncian ante las instancias responsables gubernamentales o a través de los medios de comunicación, lo que permite la impunidad, afectando, por lo general a las personas más vulneradas de la sociedad.
Si tenemos una ley contra la tortura, hagamos que se implemente para así acabar con la impunidad y con estos actos tan abominables, rechazados en cualquier rincón del mundo. Conozcamos y hagamos uso de nuestros derechos.
También debemos luchar y exigirle al Estado y a las y los funcionarios responsables que no incurran en actos de tortura. Debemos pedir más información de las sanciones a las personas responsables de estos hechos, incluyendo los que hayan dado las órdenes a tal efecto. El Estado debe asumir con responsabilidad las denuncias de tortura y otros tratos crueles inhumanos o degradantes e investigar y documentar las denuncias para establecer responsables de estos hechos.
Venezuela compareció
En días pasados, El Comité de familiares de víctimas de los sucesos de febrero y marzo de 1989 (Cofavic) presentó un balance de la situación de derechos humanos en Venezuela, en el marco del 153º período de audiencias de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La organización expuso cifras del contexto general de violencia en Venezuela, a través de un monitoreo de violaciones a los derechos humanos que incluye 23 estados del país, entre enero y septiembre de este año. También presentó documentación de casos de torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes registrados en el marco de las manifestaciones, ocurridas entre febrero y mayo de 2014.
Lo importante es que por primera vez, desde hace doce años, Venezuela compareció ante el Comité contra la Tortura de la ONU, y revisaron si de verdad el Estado cumple con la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes. Es decir, se está haciendo algo por resolver o al menos las voces de las víctimas están siendo escuchadas
La voz de los Derechos Humanos
Red de Apoyo por la Justicia y la Paz