La OPEP existe para situaciones como la actual: una fuerte baja en los precios mundiales del crudo ha reducido en casi 1.000 millones de dólares diarios el ingreso de los miembros de la Organización de Países Productores de Petróleo.
El propósito de los 12 países miembros del grupo es coordinar cuánto crudo producen para mantener los precios elevados y maximizar los ingresos a la vez que aseguran que se mantenga fuerte la demanda de petróleo. Una reducción profunda y coordinada pudiera detener y posiblemente revertir la baja de 30% en el precio del crudo en los últimos cinco meses.
Pero hay dudas de que la OPEP pueda hacer mucho cuando se reúna el jueves en Viena. Los miembros no se pondrán de acuerdo sobre una baja de la producción, como afirman los analistas, o la reducción será tan pequeña que no afectará los precios. También pudieran, como en el pasado, acordar una baja de producción, para después no cumplirla.
Eso pudiera significar más bajas en los precios del crudo, que se reflejará en el precio de combustibles como la gasolina, el diésel y el combustible para aviones.
«La idea de que este cartel impone restricciones significativas al comportamiento de sus miembros es una ficción», dice Jeff Colgan, profesor de Ciencias Políticas del Instituto Watson de la Universidad Brown, quien estudia la OPEP. «Los países de la OPEP hacen exactamente lo que esperaríamos que hicieran si no existiera la organización».
La OPEP está en una disyuntiva. El grupo, que produce 30 millones de barriles de petróleo diarios, una tercera parte de la demanda global, enfrenta la baja más pronunciada de los precios del crudo desde la crisis financiera de 2008. Pero el mundo es ahora un lugar muy diferente. La producción de petróleo fuera de la OPEP está aumentando por primera vez en muchos años, lo que alimenta la oferta mundial. La producción en Estados Unidos ha aumentado 70% desde 2008, agregando 3,5 millones de barriles diarios. Y ese aumento es más de lo que produce cualquier miembro de la OPEP, excepto Arabia Saudí.
Al mismo tiempo, miembros de la OPEP en todo el mundo —los del Medio Oriente y el Norte de Africa, además de Venezuela y Nigeria— están en medio de complicadas situaciones políticas que presionan extraordinariamente el presupuesto de esos gobiernos. Los países de la OPEP necesitan más que nunca los ingresos petroleros, lo que hace casi imposible que reduzcan la producción a niveles necesarios para hacer aumentar los precios.
«Les espera una labor dura», dice Bhushan Bahree, director de investigaciones de la firma de análisis IHS encargado de la OPEP y el Medio Oriente. «Tienen que decidir cuánto espacio deben, si acaso alguno, al aumento de la oferta en América del Norte».EFE.