La angustia y desinformación reinaba ayer entre los familiares de los internos del Centro Penitenciario David Viloria, antigua Uribana. Pasaron la noche del lunes en medio de los matorrales y oscuridad que reina en las adyacencias del centro penal.
«Nos hicieron correr con bombas lacrimógenas, cuando nuestras armas son los corazones como madres, las manos y el sufrimiento. ¿Dónde estás Iris Varela? Dale la cara al pueblo. ¿Dónde está la cárcel modelo y los privilegios? estamos contigo pero ayúdanos”, expresó llena de rabia e indignación María Elizabeth González, quien tiene dos meses sin saber de su hijo, desde que lo trajeron de Valencia.
La dama aseguró que de esta manera se violan los derechos humanos. «Aquí tienen sarna, le dan comida con gusanos y pimienta, de paso el director les pega brutalmente”.
Durante la mañana de ayer salieron unas ocho ambulancias desde Uribana hasta el Hospital Pastor Oropeza, donde primeramente ingresaron cinco reos intoxicados, uno de los cuales murió en la tarde.Extraoficialmente se conoció que una mujer resultó herida por proyectil.
Después, a otro grupo de siete, los llevaron hasta el Hospital Central Antonio María Pineda, por la misma causa. Estaban pálidos con los labios morados, producto de la supuesta intoxicación con Rivotril ligada con alcohol.
Aproximadamente a las 5:00 p.m, la furgoneta del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, entró hasta el penal para sacar dos cadáveres, uno de los cuales fue identificado como Yordano Josué Carrasquilla, oriundo de Barquisimeto. Su esposa observó cuando lo ingresaron a la morgue y lo reconoció a pesar de los hematomas que tenía el difunto.
Cuando sacaron los cadáveres de Uribana, los parientes se le lanzaron encima a la camioneta donde los llevaban, por lo que los militares a bordo de cuatro motos, que resguardaban al Cicpc, comenzaron a dispararles perdigones a quemarropa para despejar la vía. Minutos de zozobra, desespero y nervios se vivieron.
Ya en la noche, un autobús con gran cantidad de internos, fue llevado hasta el principal centro asistencial de Barquisimeto, también intoxicados, supuestamente.
Al parecer, los privados de libertad, quienes mantenían el control dentro de la cárcel, hasta el cierre de la edición; se metieron al área de enfermería y mezclaron las pastillas que consiguieron con alcohol y se la tomaron. Debido a la falta de alimentos, habrían matado a los perros y gatos del penal para comérselos.
A las 3:00 am., del martes salieron siete buses con rumbo a la Penitenciaría General de Venezuela (PGV) con 316 reos y al mediodía, otros ocho con 406 hombres hacia Tocorón, a estos últimos debieron atenderlos en la enfermería producto de la deshidratación que llevaban.
Cuando los colectivos salieron, resguardados por motorizados de la Guardia Nacional Bolivariana, los familiares gritaban, lloraban y se desesperaron, pues no había una lista de quiénes habían sido llevados a otros estados, lo que sí se dijo es que no eran los larenses sino los de Caracas y Maracaibo, entre otras ciudades del país.