Muchas personas son portadoras silenciosas de un «precáncer», una mutación genética adquirida a lo largo de la vida que podría ponerlos en camino hacia la leucemia, el linfoma y otros padecimientos de la sangre, descubrieron científicos.
El hallazgo abre nuevas fronteras a la detección temprana y posiblemente algún día prevenga este tipo de cánceres, los cuales se vuelven más comunes con la edad.
El descubrimiento lo hicieron dos equipos de investigación internacional que trabajaron independientemente decodificando el ADN de unas 30.000 personas.
Las mutaciones genéticas eran inusuales en personas menores de 40 años, pero fueron halladas en un 10% de los mayores de 65 años y en casi 20% de los de más de 90.
Tener una de las mutaciones no destina a alguien a desarrollar cáncer en la sangre, pero sí eleva 10 veces el riesgo. También incrementa la posibilidad de un infarto cardiaco o apoplejía, y de morir de alguna de esas causas en los siguientes de cuatro a ocho años.
«Esperamos que algún día seamos capaces de usar esto como una prueba de detección e identificar a individuos que están en riesgo», dijo un líder del estudio, el doctor Benjamin Ebert, del Hospital de la Mujer en Boston.
Sin embargo «nadie debe salir mañana a buscar estas mutaciones» porque no existe tratamiento por tener alguna y tampoco hay forma de evitar que el cáncer se desarrolle, agregó Ebert.
Los estudios serán presentados en diciembre en una conferencia de la Sociedad Estadounidense de Hematología, pero debido a su importancia fueron publicados en internet desde el miércoles por la gaceta New England Journal of Medicine. Los estudios fueron encabezados por el Instituto Broad del Instituto Tecnológico de Massachusetts y grupos afiliados con Harvard, y financiados en su mayoría por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
Tan sólo en Estados Unidos, cada año se diagnostica algún cáncer sanguíneo a 140.000 personas. Todos los cánceres son causados por genes defectuosos, pero la mayoría de ellos no se heredan, sino que sufren imperfecciones durante la vida de alguien por diversas razones. Por lo general se necesitan muchas mutaciones genéticas para que una célula se vuelta tan anormal que resulte en cáncer.
Los investigadores quieren ver si pueden hallar los primeros pasos en ese proceso, la mutación inicial, y detectar un estado previo a la malignidad antes de que el cáncer se desarrolle y aparezcan los síntomas.
Los estudios también encontraron que la gente con una de las mutaciones hematológicas tenía más del doble del riesgo normal de tener infartos cardiacos y cerebrales. «Esto fue un poco una sorpresa», dijo el doctor Parameswaran Hari, especialista en cáncer de sangre en el Froedtert & the Medical College de Wisconsin. «No sé por qué, pero pienso que lo averiguaremos pronto».
AP